Inmersion Mesias - Flipbook - Página 247
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E f esios
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las cosas buenas que hayamos hecho, así que ninguno de nosotros puede
jactarse de ser salvo. Pues somos la obra maestra de D
ios. Él nos creó de
nuevo en C
risto J esús, a fin de que hagamos las cosas buenas que preparó
para nosotros tiempo atrás.
No olviden que ustedes, los gentiles, antes estaban excluidos. Eran llama
dos «paganos incircuncisos» por los judíos, quienes estaban orgullosos
de la circuncisión, aun cuando esa práctica solo afectaba su cuerpo, no su
corazón. En esos tiempos, ustedes vivían apartados de C
risto. No se les
permitía ser ciudadanos de Israel, y no conocían las promesas del pacto
que Dios había hecho con ellos. Ustedes vivían en este mundo sin Dios
y sin esperanza, pero ahora han sido unidos a C
risto Jesús. Antes estaban
muy lejos de Dios, pero ahora fueron acercados por medio de la sangre
de Cristo.
Pues Cristo mismo nos ha traído la paz. Él unió a judíos y a gentiles
en un solo pueblo cuando, por medio de su cuerpo en la cruz, derribó el
muro de hostilidad que nos separaba. Lo logró al poner fin al sistema de
leyes de mandamientos y ordenanzas. Hizo la paz entre judíos y gentiles al
crear de los dos grupos un nuevo pueblo en él. C
risto reconcilió a ambos
grupos con Dios en un solo cuerpo por medio de su muerte en la cruz, y
la hostilidad que había entre nosotros quedó destruida.
Cristo les trajo la B
uena Noticia de paz tanto a ustedes, los gentiles, que
estaban lejos de él, como a los judíos, que estaban cerca. Ahora todos po
demos tener acceso al P
adre por medio del mismo E
spíritu S anto gracias
a lo que C
risto hizo por nosotros.
Así que ahora ustedes, los gentiles, ya no son unos desconocidos ni ex
tranjeros. Son ciudadanos junto con todo el pueblo santo de D
ios. Son
miembros de la familia de Dios. Juntos constituimos su casa, la cual está
edificada sobre el fundamento de los apóstoles y los profetas. Y la piedra
principal es Cristo Jesús mismo. Estamos cuidadosamente unidos en él y
vamos formando un templo santo para el Señor. Por medio de él, ustedes,
los gentiles, también llegan a formar parte de esa morada donde Dios vive
mediante su Espíritu.
Cuando pienso en todo esto, yo, Pablo, prisionero de Cristo J esús por el
bien de ustedes, los gentiles... A propósito, doy por sentado que ustedes
saben que D
ios me encargó de manera especial extenderles su gracia a us
tedes, los gentiles. Tal como antes les escribí brevemente, D
ios mismo me
reveló su misterioso plan. Cuando lean esto que les escribo, entenderán la
percepción que tengo de este plan acerca de Cristo. Dios no se lo reveló
a las generaciones anteriores, pero ahora, por medio de su Espíritu, lo ha
revelado a sus santos apóstoles y profetas.
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