Inmersion Mesias - Flipbook - Página 240
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INMERSIÓN
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MESÍAS
2:15–3:11
que había contra nosotros y la eliminó clavándola en la cruz. De esa ma
nera, desarmó a los gobernantes y a las autoridades espirituales. Los aver
gonzó públicamente con su victoria sobre ellos en la cruz.
Por lo tanto, no permitan que nadie los condene por lo que comen o
beben, o porque no celebran ciertos días santos ni ceremonias por luna
nueva ni los días de descanso. Pues esas reglas son solo sombras de la
realidad que vendrá. Y C
risto mismo es esa realidad. No dejen que los
condene ninguno de aquellos que insisten en una religiosa abnegación
o en el culto a los ángeles, al afirmar que han tenido visiones sobre estas
cosas. Su mente pecaminosa los ha llenado de arrogancia y no están uni
dos a Cristo, la cabeza del cuerpo. Pues él mantiene todo el cuerpo unido
con las articulaciones y los ligamentos, el cual va creciendo a medida que
Dios lo nutre.
Ustedes han muerto con C
risto, y él los ha rescatado de los poderes
espirituales de este mundo. Entonces, ¿por qué siguen cumpliendo las re
glas del mundo, tales como: «¡No toques esto! ¡No pruebes eso! ¡No te
acerques a aquello!»? Esas reglas son simples enseñanzas humanas acerca
de cosas que se deterioran con el uso. Podrán parecer sabias porque exi
gen una gran devoción, una religiosa abnegación y una severa disciplina
corporal; pero a una persona no le ofrecen ninguna ayuda para vencer sus
malos deseos.
Ya que han sido resucitados a una vida nueva con C
risto, pongan la mira
en las verdades del cielo, donde C
risto está sentado en el lugar de honor,
a la derecha de D
ios. Piensen en las cosas del cielo, no en las de la tierra.
Pues ustedes han muerto a esta vida, y su verdadera vida está escondida
con C
risto en Dios. Cuando Cristo —quien es la vida de ustedes— sea
revelado a todo el mundo, ustedes participarán de toda su gloria.
Así que hagan morir las cosas pecaminosas y terrenales que acechan
dentro de ustedes. No tengan nada que ver con la inmoralidad sexual, la
impureza, las bajas pasiones y los malos deseos. No sean avaros, pues la
persona avara es idólatra porque adora las cosas de este mundo. A causa
de esos pecados, viene la furia de D
ios. Ustedes solían hacer esas cosas
cuando su vida aún formaba parte de este mundo; pero ahora es el mo
mento de eliminar el enojo, la furia, el comportamiento malicioso, la ca
lumnia y el lenguaje sucio. No se mientan unos a otros, porque ustedes ya
se han quitado la vieja naturaleza pecaminosa y todos sus actos perversos.
Vístanse con la nueva naturaleza y se renovarán a medida que aprendan
a conocer a su Creador y se parezcan más a él. En esta vida nueva no
importa si uno es judío o gentil, si está o no circuncidado, si es inculto,
incivilizado, esclavo o libre. C
risto es lo único que importa, y él vive en
todos nosotros.
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