Inmersion Mesias - Flipbook - Página 161
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Esas cosas sucedieron como una advertencia para nosotros, a fin de que
no codiciemos lo malo como hicieron ellos, ni rindamos culto a ídolos
como hicieron algunos de ellos. Como dicen las Escrituras: «El pueblo
celebró con abundante comida y bebida, y se entregó a diversiones paga
nas». Y no debemos cometer inmoralidad sexual como hicieron algunos
de ellos, lo cual causó la muerte de veintitrés mil personas en un solo día.
Tampoco deberíamos poner a prueba a Cristo como hicieron algunos
de ellos, y luego murieron mordidos por serpientes. Y no murmuren como
lo hicieron algunos de ellos, y luego el ángel de la muerte los destruyó. Esas
cosas les sucedieron a ellos como ejemplo para nosotros. Se pusieron por
escrito para que nos sirvieran de advertencia a los que vivimos en el fin
de los tiempos.
Si ustedes piensan que están firmes, tengan cuidado de no caer. Las ten
taciones que enfrentan en su vida no son distintas de las que otros atra
viesan. Y Dios es fiel; no permitirá que la tentación sea mayor de lo que
puedan soportar. Cuando sean tentados, él les mostrará una salida, para
que puedan resistir.
Por lo tanto, mis queridos amigos, huyan de la adoración a los ídolos.
Ustedes son personas razonables. Juzguen por sí mismos si lo que digo es
cierto. Cuando bendecimos la copa en la Mesa del Señor, ¿no participamos
en la sangre de Cristo? Y, cuando partimos el pan, ¿no participamos en el
cuerpo de C
risto? Aunque somos muchos, todos comemos de un mismo
pan, con lo cual demostramos que somos un solo cuerpo. Piensen en el
pueblo de Israel. ¿No estaban unidos al comer de los sacrificios del altar?
¿Qué es lo que trato de decir? ¿Que la comida ofrecida a ídolos tiene al
guna importancia o que los ídolos son dioses verdaderos? No, de ninguna
manera. Lo que digo es que esos sacrificios se ofrecen a los demonios, no
a Dios. Y no quiero que ustedes tengan parte con los demonios. Ustedes
no pueden beber de la copa del S eñor y también de la copa de los demo
nios. No pueden comer de la Mesa del S eñor y también de la mesa de los
demonios. ¿Qué? ¿Acaso nos atreveremos a despertar los celos del S eñor?
¿Piensan que somos más fuertes que él?
Ustedes dicen: «Se me permite hacer cualquier cosa», pero no todo les
conviene. Dicen: «Se me permite hacer cualquier cosa», pero no todo
trae beneficio. No se preocupen por su propio bien, sino por el bien de
los demás.
Así que pueden comer cualquier carne que se venda en el mercado sin
preguntar nada por motivos de conciencia. Pues «la tierra es del Señor
y todo lo que hay en ella».
Si alguien que no es creyente los invita a cenar a su casa, acepten la
invitación si desean. Coman todo lo que les ofrezcan sin preguntar nada
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