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INMERSIÓN
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CRÓNICAS
2C | 9:9-25
S eñor tu Dios, quien se deleita en ti y te ha puesto en el trono como rey
para que gobiernes para él. Debido a que D
ios ama a I srael y desea que
este reino permanezca para siempre, te ha hecho rey sobre ellos para que
puedas gobernar con justicia y rectitud».
Luego le regaló al rey cuatro mil kilos de oro, grandes cantidades de
especias y de piedras preciosas. Nunca antes hubo especias tan finas como
las que la reina de Saba le regaló al rey Salomón.
(Además, las tripulaciones de Hiram y de Salomón trajeron oro desde
Ofir, y también madera de sándalo rojo y piedras preciosas. Con el sándalo, el rey construyó escalones para el templo del Señor y para el palacio
real, e hizo liras y arpas para los músicos. Nunca antes se habían visto cosas
tan hermosas en Judá).
El rey Salomón le dio a la reina de Saba todo lo que ella pidió, regalos
de mayor valor que los que ella le había entregado a él. Luego ella y todos
sus acompañantes regresaron a su tierra.
Cada año Salomón recibía unas veintitrés toneladas de oro, sin contar los
ingresos adicionales que recibía de mercaderes y comerciantes. Además,
todos los reyes de Arabia y los gobernantes de las provincias también le
llevaban a Salomón oro y plata.
El rey Salomón fabricó doscientos escudos grandes de oro labrado a
martillo; cada uno pesaba casi siete kilos. También hizo trescientos escudos más pequeños de oro labrado a martillo; cada uno pesaba tres kilos
y medio. El rey colocó los escudos en el Palacio del Bosque del Líbano.
Luego el rey hizo un gran trono, decorado con marfil y revestido de
oro puro. El trono tenía seis escalones y un estrado de oro. A cada lado
del asiento había apoyabrazos, y a cada lado del trono había una figura de
león de pie. Había también otros doce leones, uno en cada extremo de los
seis escalones. ¡No había trono en todo el mundo que pudiera compararse
con el de Salomón!
Todas las copas del rey Salomón eran de oro macizo, igual que todos los
utensilios en el Palacio del Bosque del Líbano. No estaban hechos de plata
porque en los tiempos de Salomón la plata no se consideraba de valor.
El rey tenía una flota de barcos mercantes de Tarsis tripulada por marineros enviados por Hiram. Una vez cada tres años, los barcos regresaban
cargados de oro, plata, marfil, simios y pavos reales.
De modo que Salomón llegó a ser más rico y más sabio que cualquier
otro rey de la tierra. Reyes de todas las naciones lo visitaban para consultarlo y escuchar la sabiduría que Dios le había dado. Año tras año, cada
visitante le llevaba regalos de plata y oro, ropa, armas, especias, caballos
y mulas.
Salomón tenía cuatro mil establos para sus caballos y c arros de g uerra,