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C rónicas – E S D R A S – N E H E M Í A S
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Luego David alabó al Señor en presencia de toda la asamblea:
«¡Oh Señor, Dios de nuestro antepasado Israel, que seas alabado por
siempre y para siempre! Tuyos, oh Señor, son la grandeza, el poder,
la gloria, la victoria y la majestad. Todo lo que hay en los cielos y en la
tierra es tuyo, oh Señor, y este es tu reino. Te adoramos como el que
está por sobre todas las cosas. La riqueza y el honor solo vienen de ti,
porque tú gobiernas todo. El poder y la fuerza están en tus manos, y
según tu criterio la gente llega a ser poderosa y recibe fuerzas.
»¡Oh Dios nuestro, te damos gracias y alabamos tu glorioso
nombre! ¿Pero quién soy yo, y quién es mi pueblo, para que podamos
darte algo a ti? ¡Todo lo que tenemos ha venido de ti, y te damos solo
lo que tú primero nos diste! Estamos aquí solo por un momento,
visitantes y extranjeros en la tierra, al igual que nuestros antepasados.
Nuestros días sobre la tierra son como una sombra pasajera, pasan
pronto sin dejar rastro.
»¡Oh Señor nuestro Dios, aun estos materiales que hemos reunido
para construir un templo para honrar tu santo nombre vienen de ti!
¡Todo te pertenece! Yo sé, mi Dios, que tú examinas nuestro corazón y
te alegras cuando encuentras en él integridad. Tú sabes que he hecho
todo esto con buenas intenciones y he visto a tu pueblo dando sus
ofrendas por voluntad propia y con alegría.
»Oh Señor, Dios de nuestros antepasados Abraham, Isaac e
Israel, haz que tu pueblo siempre desee obedecerte. Asegúrate de
que su amor por ti nunca cambie. Dale a mi hijo Salomón el deseo de
obedecer de todo corazón tus mandatos, leyes y decretos, y de hacer
todo lo necesario para edificar este templo, para el cual he hecho estos
preparativos».
Después, David le dijo a toda la asamblea: «¡Alaben al Señor su Dios!».
Y todos en la asamblea alabaron al S eñor, Dios de sus antepasados, y se
inclinaron y se arrodillaron ante el Señor y ante el rey.
Al día siguiente trajeron mil toros, mil carneros y mil corderos como
ofrendas quemadas para el Señor. También trajeron ofrendas líquidas
y muchos otros sacrificios en nombre de todo Israel. Ese día festejaron y
bebieron en la presencia del Señor con gran alegría.
Nuevamente coronaron a Salomón, el hijo de David, como su nuevo
rey. Lo ungieron delante del Señor como su líder, y ungieron a Sadoc
como sacerdote. Entonces Salomón subió al trono del Señor en lugar de
su padre David, y tuvo éxito en todo, y todo Israel lo obedeció. Todos los
oficiales, los guerreros y los hijos del rey D
avid juraron lealtad al rey Salomón. Así que el Señor exaltó a Salomón a los ojos de todo Israel, y le dio