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C rónicas – E S D R A S – N E H E M Í A S
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hecho en el desierto estaban situados en el lugar de culto en Gabaón; pero
David no pudo ir allí para consultar a D
ios porque quedó aterrado a causa
de la espada desenvainada del ángel del Señor.
Luego D
avid dijo: «¡Este será el sitio del templo del Señor D
ios y el
lugar del altar para las ofrendas quemadas de I srael!».
De modo que David dio órdenes para reunir a los extranjeros que vivían
en I srael, y les encargó la tarea de preparar piedras talladas para construir
el templo de Dios. David proporcionó grandes cantidades de hierro para
los clavos que se necesitarían para las puertas de las entradas y los herrajes,
y dio tanto bronce que no se podía pesar. También proveyó innumerables
troncos de cedro, porque los hombres de Tiro y de Sidón habían llevado
grandes cantidades de cedro a David.
David dijo: «Mi hijo Salomón es aún joven y sin experiencia. Ya que el
templo que se edificará para el S eñor debe ser una estructura magnífica,
gloriosa y reconocida en el mundo entero, comenzaré a hacer los preparativos desde ahora». Así que antes de morir, D
avid reunió una enorme
cantidad de materiales de construcción.
Luego D
avid mandó llamar a su hijo Salomón y le dio instrucciones
para que edificara un templo para el Señor, D
ios de Israel. «Hijo mío, yo
quería edificar un templo para honrar el nombre del S eñor mi Dios —le
dijo David—, pero el Señor me dijo: “Tú has matado a muchos hombres
en las batallas que has peleado. Puesto que has derramado tanta sangre
ante mis ojos, no serás tú el que edifique un templo para honrar mi nombre; pero tendrás un hijo que será un hombre de paz. Le daré paz con sus
enemigos de todas las t ierras vecinas. Su nombre será Salomón y, durante
su reinado, yo le daré a I srael paz y tranquilidad. Es él quien edificará el
templo para honrar mi nombre. Él será mi hijo, y yo seré su padre. Además,
afirmaré el trono de su reino sobre Israel para siempre”.
»Ahora, hijo mío, que el S eñor esté contigo y te dé éxito al seguir
sus instrucciones en la edificación del templo del Señor tu Dios. Que
el Señor te dé sabiduría y entendimiento, para que obedezcas la ley del
Señor tu Dios mientras gobiernes a Israel. Pues tendrás éxito si obedeces cuidadosamente los decretos y las ordenanzas que el S eñor le dio a
Israel por medio de Moisés. ¡Sé fuerte y valiente! ¡No tengas miedo ni te
desanimes!
»He trabajado mucho para proveer los materiales para construir el templo del Señor. Hay 3400 toneladas de oro, 34.000 toneladas de plata,
y tanto h ierro y bronce que es imposible pesarlos. También he reunido
madera y piedras para las paredes, aunque tal vez necesites agregar más.
Cuentas con un buen número de hábiles carpinteros, canteros y artesanos de toda clase. Además, cuentas con expertos en orfebrería y platería,