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INMERSIÓN
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CRÓNICAS
1C | 17:22–18:10
pueblo de Egipto. Realizaste imponentes milagros y expulsaste a las
naciones que le impidieron el paso. Elegiste a Israel para ser tu pueblo
para siempre y tú, oh Señor, llegaste a ser su Dios.
»Y ahora, oh Señor, yo soy tu siervo; haz lo que prometiste
respecto a mí y a mi familia. Que sea una promesa que dure para
siempre. Que tu nombre sea afirmado y honrado para siempre, de
modo que todos digan: “¡El Señor de los Ejércitos Celestiales, el
Dios de Israel, es Dios de Israel!”. Que la casa de tu siervo David
permanezca delante de ti para siempre.
»Oh Dios mío, me he atrevido a elevarte mi oración porque has
revelado a tu siervo que construirás una casa para él, ¡una dinastía de
reyes! Pues tú eres Dios, oh Señor, y le has prometido estas cosas
buenas a tu siervo. Ahora te ha complacido bendecir la casa de tu
siervo para que permanezca para siempre delante de ti. ¡Pues cuando
tú concedes una bendición, oh Señor, es una bendición eterna!».
Después David derrotó y sometió a los filisteos al conquistar Gat y las ciudades vecinas. D
avid también conquistó la t ierra de Moab, y los moabitas,
a quienes se les perdonó la vida, se convirtieron en súbditos de D
avid y
tuvieron que pagarle tributo.
David también destruyó las fuerzas de Hadad-ezer, rey de Soba, hasta
Hamat, cuando Hadad-ezer marchó para fortalecer su control a lo largo del
río Éufrates. D
avid capturó mil c arros de g uerra, siete mil conductores de
carros de guerra y veinte mil soldados de infantería. Les lisió los caballos
de tiro, excepto los necesarios para cien carros de guerra.
Cuando los arameos de Damasco llegaron para ayudar al rey Hadadezer, David mató a veintidós mil de ellos. Luego puso varias guarniciones
militares en Damasco, la capital aramea, y los arameos se convirtieron en
súbditos de David y le pagaban tributo. Así que el Señor le daba la victoria
a David dondequiera que iba.
David llevó a Jerusalén los escudos de oro de los oficiales de Hadadezer, junto con una gran cantidad de bronce de las ciudades de Teba y de
Cun, que pertenecían a Hadad-ezer. Tiempo después Salomón fundió el
bronce y moldeó un enorme tazón de bronce llamado el Mar, además de
las columnas y los diversos objetos de bronce usados en el templo.
Cuando Toi, rey de Hamat, se enteró de que D
avid había destruido a
todo el ejército de Hadad-ezer, rey de Soba, envió a su hijo Joram para
felicitar al rey David por su exitosa campaña. Hadad-ezer y Toi habían sido
enemigos y con frecuencia estaban en guerra. Joram le obsequió a David
muchos regalos de oro, de plata y de bronce.