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C rónicas – E S D R A S – N E H E M Í A S
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De la tribu de Benjamín volvieron Salú, hijo de Mesulam, hijo de
Hodavías, hijo de Asenúa; Ibneías, hijo de Jeroham; Ela, hijo de Uzi,
hijo de Micri y Mesulam, hijo de Sefatías, hijo de Reuel, hijo de Ibnías.
Todos estos hombres fueron jefes de clanes y aparecían en los registros
genealógicos. En total regresaron novecientas cincuenta y seis familias de
la tribu de Benjamín.
Entre los sacerdotes que regresaron se encontraban Jedaías, Joiarib,
Jaquín, Azarías, hijo de Hilcías, hijo de Mesulam, hijo de Sadoc, hijo
de Meraiot, hijo de Ahitob. Azarías fue el funcionario principal de la
casa de Dios.
Otros sacerdotes que regresaron fueron Adaía, hijo de Jeroham, hijo
de Pasur, hijo de Malquías, y Masai, hijo de Adiel, hijo de Jazera,
hijo de Mesulam, hijo de Mesilemit, hijo de Imer.
En total regresaron mil setecientos sesenta sacerdotes. Eran jefes de clanes
y hombres muy capaces. Eran los sacerdotes responsables de oficiar en la
casa de Dios.
Los levitas que regresaron fueron Semaías, hijo de Hasub, hijo de
Azricam, hijo de Hasabías, un descendiente de Merari; Bacbacar;
Heres; Galal; Matanías, hijo de Micaía, hijo de Zicri, hijo de Asaf;
Obadías, hijo de Semaías, hijo de Galal, hijo de Jedutún y Berequías,
hijo de Asa, hijo de Elcana, quien vivió en la región de Netofa.
Los porteros que regresaron fueron Salum, Acub, Talmón, Ahimán
y sus parientes. Salum fue el portero principal. Anteriormente
eran responsables de la puerta del Rey, al oriente. Estos hombres
servían como porteros para los campamentos de los levitas. Salum
era hijo de Koré, un descendiente de Abiasaf, del clan de Coré. Él y
sus parientes, los coreítas, eran responsables de cuidar la entrada al
santuario, así como sus antepasados habían cuidado el tabernáculo en
el campamento del Señor.
Antiguamente Finees, hijo de Eleazar, había estado a cargo de los
porteros, y el Señor había estado con él. Posteriormente Zacarías,
hijo de Meselemías, fue el responsable de cuidar la entrada del
tabernáculo.
En total hubo doscientos doce porteros en esos días, y fueron registrados según las genealogías en sus aldeas. Como sus antepasados eran hombres de confianza, D
avid y Samuel el vidente los asignaron a sus puestos.
Estos porteros y sus descendientes, por sus divisiones, eran responsables de cuidar la entrada de la casa del S eñor cuando esa casa era una
carpa. Los porteros estaban colocados en los cuatro puntos cardinales: al
oriente, al occidente, al norte y al sur. Sus parientes en las aldeas venían