Inmersion Cronicas NTV - Flipbook - Page 172
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en el resto de las provincias? Ahora bien, ¿qué más quieres? Te será concedido; dímelo y lo haré.
Ester contestó:
—Si al rey le agrada, que a los judíos de Susa se les dé permiso para hacer
mañana lo que hicieron hoy, y que los cuerpos de los diez hijos de Amán
sean atravesados en un poste.
El rey estuvo de acuerdo, y el decreto se hizo público en Susa. Atravesaron los cuerpos de los diez hijos de Amán. Luego, el 8 de marzo, los
judíos de Susa se reunieron y mataron a trescientos hombres más, y otra
vez tampoco se quedaron con ninguna de sus pertenencias.
Mientras tanto, los demás judíos en todas las provincias del rey se reunieron para defender su vida. Quedaron aliviados de todos sus enemigos,
al matar a setenta y cinco mil de los que los odiaban; pero no se quedaron
con ninguna de sus pertenencias. Eso ocurrió en todas las provincias el
7 de marzo, y el día 8 descansaron para celebrar su victoria con un día de
fiesta y alegría. (Los judíos de Susa mataron a sus enemigos el día 7 de
marzo, continuaron el 8, y luego el día 9 descansaron y lo designaron su
día de fiesta y alegría). De manera que, hasta el día de hoy, los judíos del
campo que viven en aldeas remotas celebran un día feriado anualmente
en el día señalado a fines del invierno, en el cual se alegran y se mandan
regalos de comida unos a otros.
Mardoqueo registró esos acontecimientos y envió cartas a los judíos que
vivían cerca y lejos, en todas las provincias del rey Jerjes, para motivarlos a
celebrar cada año un festival durante esos dos días. Les dijo que debían celebrar esos días con alegría y festejos, obsequiándose porciones de comida
unos a otros y haciendo regalos a los pobres. Ese festival conmemoraría el
tiempo en que los judíos quedaron aliviados de sus enemigos, cuando su
dolor se convirtió en alegría y su duelo en gozo.
Así que los judíos aceptaron la propuesta de Mardoqueo y adoptaron
esa costumbre anual. Amán, hijo de Hamedata el agagueo, el enemigo de
los judíos, había conspirado para aplastarlos y destruirlos en la fecha escogida al echar suertes (a las suertes se les llamaba purim); pero cuando
Ester se presentó ante el rey, él emitió un decreto que causó que el plan
siniestro de Amán se volviera en su contra, y tanto Amán como sus hijos
fueron atravesados en un poste afilado. Por eso la celebración se llama
Purim, porque es la palabra que se empleaba antiguamente para la frase
«echar suertes».
Por lo tanto, debido a la carta de Mardoqueo y a la experiencia que
vivieron, los judíos de todo el reino se pusieron de acuerdo para iniciar
esa tradición y pasarla a sus descendientes y a todos los que se hacían judíos. Declararon que jamás dejarían de celebrar cada año esos dos días