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INMERSIÓN
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CRÓNICAS
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hicieron contribuciones voluntarias al pueblo, a los sacerdotes y a los levitas. Hilcías, Zacarías y Jehiel, administradores del templo de D
ios, dieron a los sacerdotes dos mil seiscientos corderos y cabritos y trescientas
cabezas de ganado como ofrendas de la Pascua. Los jefes de los levitas
—Conanías y sus hermanos Semaías y Natanael, al igual que Hasabías,
Jeiel y Josabad— dieron cinco mil corderos y cabritos, y quinientas cabezas de ganado a los levitas para sus ofrendas de la Pascua.
Cuando todo estaba listo para la celebración de la Pascua, los sacerdotes y los levitas ocuparon sus lugares, organizados según sus divisiones,
tal como el rey lo había ordenado. Luego los levitas mataron los corderos
de la Pascua y presentaron la sangre a los sacerdotes, quienes la rociaron
sobre el altar mientras los levitas preparaban los animales. Repartieron las
ofrendas quemadas entre la gente de acuerdo a sus grupos de familia, para
que las ofrecieran al S eñor según estaba establecido en el libro de M
oisés.
Hicieron lo mismo con el ganado. Luego asaron los corderos de la Pascua
como estaba establecido. Hirvieron las ofrendas sagradas en ollas, calderos
y sartenes, y las llevaron rápidamente a la gente para que comiera.
Después los levitas prepararon las ofrendas de la Pascua para sí mismos y
para los sacerdotes, descendientes de Aarón, porque los sacerdotes habían
estado ocupados desde la mañana hasta la noche presentando las ofrendas
quemadas y las porciones de grasa. Los levitas se hicieron cargo de todos
estos preparativos.
Los músicos, descendientes de Asaf, estaban en sus lugares asignados y
seguían las órdenes que les habían dado D
avid, Asaf, Hemán y Jedutún,
vidente del rey. Los porteros cuidaban las puertas y no era necesario que
se alejaran de sus puestos de servicio porque sus hermanos levitas les preparaban sus ofrendas de la Pascua.
Toda la ceremonia de la Pascua del S eñor se terminó en ese día. Todas
las ofrendas quemadas fueron sacrificadas en el altar del S eñor, como lo
había ordenado el rey Josías. Todos los israelitas que estaban presentes
en Jerusalén celebraron la Pascua y el Festival de los Panes sin Levadura
durante siete días. Desde los tiempos del profeta Samuel no se había
celebrado una Pascua semejante. Ninguno de los reyes de I srael jamás
había celebrado la Pascua como lo hizo Josías, porque hizo participar a
todos los sacerdotes y levitas, a todo el pueblo de Jerusalén y a la gente
de todo Judá e I srael. Esta Pascua se celebró en el año dieciocho del
reinado de Josías.
Después de que Josías terminó de restaurar el templo, Necao, rey de Egipto,
dirigió a su ejército desde Egipto, para hacer la g uerra en Carquemis, junto
al río Éufrates. Entonces Josías y su ejército salieron a enfrentarlo; pero el
rey Necao envió mensajeros a Josías con el siguiente mensaje: