Inmersion Cronicas NTV - Flipbook - Page 106
2C | 30:17–31:4
C rónicas – E S D R A S – N E H E M Í A S
95
Como muchos del pueblo no se habían purificado, a fin de separarlos
para el S eñor, los levitas tuvieron que matar por ellos el cordero de la
Pascua. La mayoría de los que habían venido de Efraín, Manasés, Isacar
y Zabulón no se habían purificado. Sin embargo, se les permitió comer
la cena de Pascua aunque estuviera en contra de las exigencias de la ley,
porque Ezequías oró por ellos diciendo: «Que el Señor, quien es bueno,
perdone a los que han decidido seguir al S eñor, Dios de sus antepasados,
aunque no estén debidamente purificados para la ceremonia»; y el Señor
escuchó la oración de Ezequías y sanó a la gente.
Entonces los israelitas que estaban presentes en Jerusalén celebraron
con gran alegría el Festival de los Panes sin Levadura durante siete días.
Cada día los levitas y los sacerdotes cantaban al S eñor, al son de instrumentos resonantes. Ezequías les dio ánimo a todos los levitas en cuanto a
la habilidad que demostraban mientras servían al S eñor. La celebración
continuó durante siete días y se sacrificaron ofrendas de paz, y la gente le
dio gracias al Señor, Dios de sus antepasados.
Toda la asamblea decidió continuar el festival otros siete días, de modo
que celebraron con gran alegría una semana más. El rey Ezequías le dio
al pueblo mil toros y siete mil ovejas y cabras para las ofrendas, y los funcionarios donaron mil toros y diez mil ovejas y cabras. Mientras tanto,
muchos otros sacerdotes se purificaron.
Toda la asamblea de Judá se alegró, incluidos los sacerdotes, los levitas,
todos los que habían venido del territorio de Israel, los extranjeros que
vinieron al festival y todos los que vivían en Judá. Hubo gran alegría en
la ciudad, porque en Jerusalén no se había presenciado una celebración
como esta desde los días de Salomón, hijo del rey D
avid. Luego los sacerdotes y los levitas se pusieron de pie y bendijeron al pueblo, y Dios escuchó su oración desde su santa morada en el cielo.
Cuando terminó el festival, los israelitas que estuvieron presentes fueron a
todas las ciudades de Judá, Benjamín, Efraín y Manasés, destrozaron todas
las columnas sagradas, derribaron los postes dedicados a la diosa Asera y
quitaron los altares y los santuarios paganos. Después de esto, los israelitas
regresaron a sus ciudades, cada uno a su hogar.
Luego Ezequías organizó a los sacerdotes y a los levitas en divisiones
para que presentaran las ofrendas quemadas y las ofrendas de paz y para
que adoraran, dieran gracias y alabaran al Señor en las puertas del templo.
El rey también contribuyó personalmente con animales para las ofrendas
quemadas diarias de la mañana y de la tarde, para los festivales semanales
de los días de descanso y para los festivales mensuales de luna nueva, como
también para todos los demás festivales anuales establecidos en la ley del
Señor. Además, exigió al pueblo de Jerusalén que llevara una parte de