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C rónicas – E S D R A S – N E H E M Í A S
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mataron los chivos como ofrenda por el pecado y rociaron su sangre sobre
el altar para hacer expiación por los pecados de todo Israel. El rey había
ordenado expresamente que esta ofrenda quemada así como la ofrenda
por el pecado se hicieran por todo I srael.
Luego el rey Ezequías ubicó a los levitas en el templo del Señor provistos de címbalos, liras y arpas. Obedeció todos los mandatos que el Señor
le había dado al rey David por medio de Gad, el vidente del rey, y del
profeta Natán. Después los levitas tomaron sus posiciones alrededor del
templo con los instrumentos de David, y los sacerdotes tomaron sus posiciones con las trompetas.
Entonces Ezequías ordenó que pusieran la ofrenda quemada sobre el
altar. Mientras se presentaba la ofrenda quemada, comenzaron los cánticos
de alabanza al Señor, al son de las trompetas y de los demás instrumentos
de David, rey anterior de Israel. Toda la asamblea adoró al Señor mientras
los cantores entonaban los cánticos y las trompetas sonaban, hasta que se
terminaron todas las ofrendas quemadas. Luego el rey y todos los que estaban con él se inclinaron en adoración. El rey Ezequías y los funcionarios
ordenaron a los levitas que alabaran al S eñor con los salmos escritos por
David y por el vidente Asaf. De modo que ofrecieron alegres alabanzas y
se inclinaron en adoración.
Luego Ezequías exclamó: «Ahora que ustedes se han consagrado al
Señor, traigan sus sacrificios y ofrendas de acción de gracias al templo
del Señor». Entonces la gente llevó sus sacrificios y ofrendas de acción
de gracias, y todos los que tenían el corazón dispuesto llevaron también
ofrendas quemadas. El pueblo llevó al S eñor setenta toros, cien carneros y doscientos corderos para las ofrendas quemadas. También llevaron
seiscientas cabezas de ganado y tres mil ovejas y cabras como ofrendas
sagradas.
Sin embargo, no había suficientes sacerdotes para preparar todas las
ofrendas quemadas. Por eso sus parientes, los levitas, los ayudaron hasta
terminar el trabajo, y hasta que se purificaran más sacerdotes, porque los
levitas habían sido más cuidadosos en cuanto a purificarse que los sacerdotes. Hubo abundancia de ofrendas quemadas, junto con las ofrendas líquidas habituales, y una gran cantidad de grasa de las muchas ofrendas de paz.
Así que se restituyó el servicio en el templo del S eñor. Ezequías y todo
el pueblo se alegraron por lo que Dios había hecho por el pueblo, porque
todo se había llevado a cabo con tanta rapidez.
El rey Ezequías envió mensajes a todo I srael y Judá, y escribió cartas de
invitación a la gente de Efraín y Manasés. Les pidió a todos que vinieran al
templo del Señor en Jerusalén para celebrar la Pascua del Señor, Dios de
Israel. El rey, sus funcionarios y toda la comunidad de Jerusalén decidieron