Inmersion Reinos NTV - Flipbook - Página 92
80
INMERSIÓN
•
REINOS
19:4-20
personalmente con ella y convencerla de que regresara. Llevó consigo a
un siervo y a un par de burros. Cuando llegó a la casa del padre, este lo
vio y le dio la bienvenida. Su suegro, el padre de la joven, insistió en que
se quedara por un tiempo, así que pasó allí tres días, comiendo, bebiendo
y durmiendo.
Al cuarto día, el hombre se levantó temprano y estaba listo para partir,
pero el padre de la joven le dijo a su yerno: «Come algo antes de irte». Así
que los dos hombres se sentaron a comer y beber juntos. Luego el padre de
la joven le dijo: «Quédate, por favor, otra noche y diviértete». El hombre
se levantó para irse, pero su suegro siguió insistiendo en que se quedara,
así que al final cedió y pasó allí otra noche.
A la mañana del quinto día, el hombre se levantó temprano nuevamente,
listo para partir, pero una vez más el padre de la joven le dijo: «Come algo;
después podrás irte esta tarde». Así que se pasaron otro día de festejo. Más
tarde, mientras el hombre, su concubina y el siervo se preparaban para
marcharse, el suegro le dijo: «Mira, está atardeciendo. Quédate esta noche
y diviértete. Mañana podrás levantarte temprano y marcharte».
Pero esta vez, el hombre estaba decidido a irse. Así que tomó a sus dos
burros ensillados y a su concubina, y se dirigió a Jebús (es decir, Jerusalén).
Ya era tarde cuando se acercaron a Jebús, y el siervo le dijo:
—Paremos en esta ciudad jebusea y pasemos aquí la noche.
—No —le dijo su amo—, no podemos quedarnos en esta ciudad extranjera donde no hay israelitas. Seguiremos, en cambio, hasta Guibeá.
Vamos, tratemos de llegar hasta Guibeá o Ramá, y pasaremos la noche en
una de esas ciudades.
Así que siguieron adelante. El sol se ponía cuando llegaron a Guibeá,
una ciudad situada en Benjamín, y se detuvieron allí para pasar la noche.
Descansaron en la plaza de la ciudad, pero nadie los invitó a su casa para
pasar la noche.
Esa noche un anciano regresaba a su hogar después del trabajo en los
campos. Era de la zona montañosa de Efraín, pero vivía en Guibeá, donde
la gente era de la tribu de Benjamín. Cuando vio a los viajeros sentados
en la plaza de la ciudad, les preguntó de dónde venían y hacia dónde iban.
—Regresamos de Belén, en Judá —le contestó el hombre—, y vamos
hacia una zona remota de la región montañosa de Efraín, donde yo vivo.
Viajé a Belén y ahora voy de regreso a mi hogar. Pero nadie nos ha invitado
a su casa para pasar la noche, aunque traemos todo lo que necesitamos.
Tenemos paja y forraje para nuestros burros, y bastante pan y vino para
nosotros.
—Serán bienvenidos en mi casa —les dijo el anciano—. Yo les daré
todo lo que pudiera faltarles; pero no se les o curra pasar la noche en la
plaza.
InmersionReinos_NTV.indd 80
11/27/2017 8:25:36 AM