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L as h istorias q u e f orman la g ran H I S T O R I A
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De todas las criaturas, solo los seres humanos son creados a imagen de
Dios mismo y deben llevar a cabo la intención de Dios para su creación.
Su papel es administrar todas las cosas y contribuir al florecimiento de
la vida. La humanidad es el plan de Dios para manejar el mundo. Como
sacerdotes en el templo de la creación de Dios, los seres humanos, más
que cualquier otra criatura, determinarán el éxito o el fracaso del propósito
de Dios para el mundo.
Sin embargo, también hay otras fuerzas en acción. Existe el poder del
mal y está en posición de influir en los seres humanos para alejarlos de
Dios e interferir con sus objetivos. El pueblo de Dios es atraído hacia la
presunción y la rebelión. Esto afecta no solamente su relación con Dios,
sino también la forma en que viven en el mundo. A causa del vínculo de
la humanidad con el resto de la creación, y su función especial dentro de
ella, una gran tragedia entra en el mundo. Así como su propia humanidad
se ve torcida hasta deformarse, la culpa, el dolor, la violencia y la muerte
comienzan a generar destrucción en toda la buena creación de Dios. Los
seres humanos fueron creados para la adoración, para traer gloria al Creador. Pero cuando los seres humanos dirigen su adoración a otra parte, el
daño resuena en todo el mundo.
Uno supondría que eso es suficiente para hacer que Dios rechace completamente a los seres humanos. Pero en lugar de eso, Dios promete a
Adán y a Eva que continuará obrando en y por medio de los seres humanos.
De hecho, quien derrote a los poderes del mal será un descendiente de
Eva. Dios vencerá el caos moral del mundo y lo hará en colaboración con
la humanidad. En la historia de la Biblia, el destino de la humanidad y del
resto de la creación están inseparablemente ligadas.
La pregunta es: ¿cómo hará eso Dios?
3. La historia de Abraham y su familia
El libro de Génesis revela una respuesta asombrosa. Dios restaurará al
mundo y traerá bendiciones sobre todas las familias de la tierra a través
de un hombre y sus descendientes. Dios llama a Abram (más adelante le
cambia el nombre a Abraham) a abandonar su hogar y dirigirse a una tierra
nueva y a un futuro nuevo. Por un tiempo, Dios se enfoca en una familia
para que esta llegue a ser el medio de traer restauración a todas las familias
de la tierra.
De aquí en adelante, las grandes historias de la humanidad y la creación
dependerán de lo que ocurra en la trama secundaria de los descendientes
de Abraham. La intención de Dios es que esta familia sea un agente de
renovación en el mundo. Este plan comienza con las promesas que Dios le
hace a Abraham: que lo bendecirá, que convertirá a su familia en una gran
nación y que traerá bendición a todas las naciones. A lo largo del tiempo,
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