Inmersion Profetas NTV - Flipbook - Página 462
JONÁS
El Señor le dio el siguiente mensaje a Jonás, hijo de Amitai: «Levántate
y ve a la gran ciudad de Nínive. Pronuncia mi juicio contra ella, porque he
visto lo perversa que es su gente».
Entonces Jonás se levantó y se fue en dirección contraria para huir del
Señor. Descendió al puerto de Jope donde encontró un barco que partía
para Tarsis. Pagó su pasaje, subió a bordo y se embarcó rumbo a Tarsis con
la esperanza de escapar del Señor.
Ahora bien, el Señor mandó un poderoso viento sobre el mar, el cual
desató una violenta tempestad que amenazaba con despedazar el barco.
Temiendo por sus vidas, los desesperados marineros pedían ayuda a sus
dioses y lanzaban la carga por la borda para aligerar el barco.
Todo esto sucedía mientras Jonás dormía profundamente en la bodega
del barco, así que el capitán bajó a buscarlo. «¿Cómo puedes dormir en
medio de esta situación? —le gritó—. ¡Levántate y ora a tu dios! Quizá
nos preste atención y nos perdone la vida».
Entonces la tripulación echó suertes para ver quién había ofendido a
los dioses y causado tan terrible tempestad. Cuando lo hicieron, la suerte
señaló a Jonás como el culpable. Así que los marineros le reclamaron:
—¿Por qué nos ha venido esta espantosa tormenta? ¿Quién eres? ¿En
qué trabajas? ¿De qué país eres? ¿Cuál es tu nacionalidad?
—Soy hebreo —contestó Jonás— y temo al Señor, Dios del cielo,
quien hizo el mar y la tierra.
Los marineros se aterraron al escuchar esto, porque Jonás ya les había
contado que huía del Señor.
—¿Ay, por qué lo hiciste? —gimieron.
Como la tormenta seguía empeorando, le preguntaron:
—¿Qué debemos hacer contigo para detener esta tempestad?
—Échenme al mar —contestó Jonás— y volverá la calma. Yo sé que soy
el único culpable de esta terrible tormenta.
Sin embargo, los marineros remaron con más fuerza para llevar el barco
a tierra, pero la tempestad era tan violenta que no lo lograron. Entonces
clamaron al Señor, Dios de Jonás: «Oh Señor —le rogaron—, no nos
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