Inmersion Profetas NTV - Flipbook - Página 458
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J oel
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»Sin embargo, yo los traeré de regreso de todos los lugares donde los
vendieron y les pagaré a ustedes por todo lo que hicieron. Venderé a sus
hijos e hijas a la gente de Judá y ellos los venderán al pueblo de Arabia, una
nación lejana. ¡Yo, el Señor, he hablado!».
Digan a las naciones de todas partes:
«¡Prepárense para la guerra!
Llamen a sus mejores hombres de guerra.
Que todos sus combatientes avancen para el ataque.
Forjen las rejas de arado y conviértanlas en espadas,
y sus herramientas para podar, en lanzas.
Entrenen aun a los más débiles para que sean guerreros.
Vengan pronto, naciones de todas partes.
Reúnanse en el valle».
¡Y ahora, oh Señor, llama a tus guerreros!
«Que las naciones se movilicen para la guerra.
Que marchen hacia el valle de Josafat.
Allí, yo, el Señor, me sentaré
para pronunciar juicio contra todas ellas.
Den rienda suelta a la hoz,
porque la cosecha está madura.
Vengan, pisen las uvas,
porque el lagar está lleno.
Los barriles rebosan
con la perversidad de esas naciones».
Miles y miles esperan en el valle de la decisión.
Es allí donde llegará el día del Señor.
El sol y la luna se oscurecerán
y las estrellas dejarán de brillar.
La voz del Señor pronto rugirá desde Sión
y tronará desde Jerusalén,
y los cielos y la tierra temblarán;
pero el Señor será un refugio para su pueblo,
una fortaleza firme para el pueblo de Israel.
«Entonces ustedes sabrán que yo, el Señor su Dios,
habito en Sión, mi monte santo.
Jerusalén será santa para siempre,
y los ejércitos extranjeros nunca más volverán a conquistarla.
En aquel día las montañas destilarán vino dulce,
y de los montes fluirá leche.