Inmersion Profetas NTV - Flipbook - Página 438
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cimientos de la tierra y formó el espíritu humano. Haré que Jerusalén
sea como una bebida embriagante que causa que las naciones vecinas se
tambaleen cuando envíen a sus ejércitos para sitiar a Jerusalén y a Judá.
En aquel día yo convertiré a Jerusalén en una roca inamovible. Todas las
naciones se reunirán en contra de ella para tratar de moverla, pero solo se
herirán a sí mismas.
»En aquel día —dice el Señor— haré que todos los caballos se espanten y que todos los jinetes pierdan el valor. Vigilaré a la gente de Judá,
pero cegaré los caballos de sus enemigos. Los clanes de Judá se dirán a
sí mismos: “El pueblo de Jerusalén ha encontrado fuerzas en su Dios, el
Señor de los Ejércitos Celestiales”.
»En aquel día yo haré que los clanes de Judá sean como una llama que
le prende fuego a un montón de leña o como una antorcha encendida
entre los manojos de grano. Destruirán con fuego a las naciones vecinas
a la derecha y a la izquierda, mientras la gente que vive en Jerusalén permanecerá segura.
»El Señor dará primero la victoria al resto de Judá, antes que a Jerusalén, para que el pueblo de Jerusalén y el linaje real de David no tengan
mayor honor que el resto de Judá. En aquel día el Señor defenderá al
pueblo de Jerusalén. ¡El más débil entre ellos será tan poderoso como el
rey David! ¡Y los descendientes reales serán como Dios mismo, como el
ángel del Señor que va delante de ellos! Pues en aquel día comenzaré a
destruir a todas las naciones que ataquen a Jerusalén.
»Entonces derramaré un espíritu de gracia y oración sobre la familia de
David y sobre los habitantes de Jerusalén. Me mirarán a mí, a quien atravesaron, y harán duelo por él como por un hijo único. Se lamentarán amargamente como quien llora la muerte de un primer hijo varón. El dolor y
el luto en Jerusalén serán tan grandes como el duelo por Hadad-rimón en
el valle de Meguido.
»Todo Israel hará duelo, cada clan por su lado, los esposos separados de
sus esposas. El clan de David llorará solo, como lo hará el clan de Natán, el
clan de Leví y el clan de Simei. Cada clan sobreviviente de Judá se lamentará por separado, y los esposos separados de sus esposas.
»En aquel día brotará un manantial para la dinastía de David y para el
pueblo de Jerusalén; una fuente que los limpiará de todos sus pecados e
impurezas.
»En aquel día —dice el Señor de los Ejércitos Celestiales— borraré el
culto a ídolos en toda la tierra, para que se olviden hasta de los nombres
de esos ídolos. Quitaré de la tierra tanto a los falsos profetas como al espíritu de impureza que los acompañaba. Si alguno continúa profetizando,