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INMERSIÓN
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P R O F E TA S
42:4-20
espacio del atrio interior que tenía diez metros con sesenta centímetros de
ancho. Otro grupo de habitaciones daba al empedrado del atrio exterior.
Ambos grupos tenían tres pisos de alto y estaban construidos uno frente
al otro. Entre los dos grupos de habitaciones se extendía un pasillo de
cinco metros con treinta centímetros de ancho, que recorría los cincuenta
y tres metros de largo del complejo, y todas las puertas daban al norte.
Cada uno de los dos pisos de arriba era más angosto que el de debajo,
porque era necesario dejar espacio delante de ellos para los pasillos. Dado
que eran tres pisos y no tenían columnas de apoyo como las habitaciones
de los atrios, cada piso de arriba comenzaba más atrás en relación con el
piso de debajo. Había un muro exterior de veintiséis metros con cincuenta
centímetros de largo, que separaba las habitaciones del atrio exterior. Este
muro agregaba longitud al conjunto exterior de habitaciones, que medía
solo veintiséis metros con cincuenta centímetros de largo, mientras que
el conjunto interior —las habitaciones que daban al templo— tenía cincuenta y tres metros de largo. Desde el atrio exterior había una entrada a
estas habitaciones por el oriente.
En el lado sur del templo había dos grupos de habitaciones, entre el
templo y el atrio exterior, inmediatamente al sur del atrio interior. Estas
habitaciones estaban dispuestas de la misma manera que las habitaciones
del lado norte. Había un pasillo entre ambos grupos de habitaciones, igual
que en el complejo de edificios del lado norte del templo. Este complejo
de habitaciones medía lo mismo de largo y de ancho que el otro complejo
y tenía las mismas entradas y puertas. Las dimensiones de uno y otro eran
idénticas. De modo que había una entrada en el muro, frente a las puertas
del conjunto interior de habitaciones y otra entrada en el lado oriental, al
final del pasillo interior.
Luego el hombre me dijo: «Estas habitaciones que dan al templo desde
el norte y el sur son santas. Aquí es donde los sacerdotes que ofrezcan sacrificios al Señor comerán las ofrendas más santas. Ahora bien, dado que
estas habitaciones son santas, se usarán para guardar las ofrendas sagradas:
las ofrendas de grano, las ofrendas por el pecado y las ofrendas por la culpa.
Cuando los sacerdotes salgan del santuario, no deberán ir directamente al
atrio exterior. Primero tendrán que quitarse la ropa que llevaban puesta
mientras oficiaban, porque esa ropa es santa. Deberán ponerse otra ropa
antes de entrar a los sectores del complejo abiertos al público».
Cuando el hombre terminó de medir la zona interior del templo, me
llevó por la entrada oriental para medir todo el perímetro. Midió con su
vara el lado oriental y resultó tener doscientos sesenta y cinco metros de
largo. Luego midió el lado norte y también tenía doscientos sesenta y cinco
metros. El lado sur también tenía doscientos sesenta y cinco metros, y
lo mismo el lado occidental, doscientos sesenta y cinco metros. Así que