Inmersion Profetas NTV - Flipbook - Página 395
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INMERSIÓN
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P R O F E TA S
36:28–37:6
en ustedes para que sigan mis decretos y se aseguren de obedecer mis
ordenanzas.
»”Vivirán en Israel, la tierra que hace mucho tiempo di a sus antepasados. Ustedes serán mi pueblo y yo seré su Dios. Los limpiaré de su
conducta inmunda. Les daré buenas cosechas de grano y no enviaré más
hambrunas a su tierra. Les daré abundantes cosechas de sus árboles frutales y sus campos, y nunca más las naciones vecinas podrán burlarse de
su tierra a causa de las hambrunas. Entonces recordarán los pecados que
cometieron en el pasado y se avergonzarán de ustedes mismos por todas
las cosas detestables que hicieron. Sin embargo, recuerden, dice el Señor
Soberano, que no lo hago porque lo merezcan. ¡Oh Israel, pueblo mío,
ustedes deberían estar totalmente avergonzados por todo lo que hicieron!
»”Esto dice el Señor Soberano: cuando yo los limpie de sus pecados,
volveré a poblar sus ciudades y se reconstruirán las ruinas. Los campos
que estaban vacíos y desolados, a la vista de todos, se cultivarán de nuevo.
Cuando los regrese a su tierra, la gente dirá: ‘¡Esta tierra era baldía y ahora
se parece al jardín del Edén! ¡Las ciudades abandonadas y en ruinas ahora
tienen murallas fuertes y están llenas de gente!’. Entonces las naciones vecinas que hayan sobrevivido sabrán que yo, el Señor, reedifiqué lo que
estaba en ruinas y volví a sembrar la tierra baldía. Pues yo, el Señor, lo he
dicho, y cumpliré mi palabra.
»”Esto dice el Señor Soberano: estoy dispuesto a escuchar las oraciones de Israel y a aumentar su población como un rebaño. Los israelitas
serán tan numerosos como los rebaños sagrados que llenan las calles de Jerusalén en tiempos de los festivales. Las ciudades que estaban en ruinas estarán repletas de gente una vez más y todos sabrán que yo soy el Señor”».
El Señor puso su mano sobre mí y fui llevado por el Espíritu del Señor
hasta un valle que estaba lleno de huesos. El Señor me condujo por entre
los huesos que cubrían el fondo del valle. Estaban desparramados en el
suelo por todas partes y completamente secos. Luego me preguntó:
—Hijo de hombre, ¿podrán estos huesos volver a convertirse en personas vivas?
—Oh Señor Soberano —respondí—, solo tú sabes la respuesta.
Entonces me dijo:
—Anuncia un mensaje profético a estos huesos y diles: “¡Huesos secos,
escuchen la palabra del Señor! Esto dice el Señor Soberano: ‘¡Atención!
¡Pondré aliento dentro de ustedes y haré que vuelvan a vivir! Les pondré
carne y músculos y los recubriré con piel. Pondré aliento en ustedes y revivirán. Entonces sabrán que yo soy el Señor’”.