Inmersion Profetas NTV - Flipbook - Página 367
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INMERSIÓN
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P R O F E TA S
21:30–22:12
La espada caerá sobre el cuello de los malvados,
para quienes ya ha llegado el día del juicio final.
»”Ahora devuelve la espada a su vaina,
porque en tu propio país,
la tierra donde naciste,
dictaré mi sentencia contra ti.
Sobre ti derramaré mi furia
y te soplaré con el fuego de mi enojo.
Te entregaré a hombres crueles,
expertos en destrucción.
Serás leña para el fuego,
y derramarán tu sangre en tu propia tierra.
¡Serás arrasado por completo,
y no habrá más memoria de ti en la historia,
porque yo, el Señor, he hablado!”».
Entonces recibí este mensaje del Señor: «Hijo de hombre, ¿estás listo
para juzgar a Jerusalén? ¿Estás preparado para juzgar a esta ciudad de asesinos? Denuncia públicamente sus pecados detestables y dale este mensaje
de parte del Señor Soberano: “Ciudad de asesinos, condenada y maldita
—ciudad de ídolos, inmunda y repugnante— eres culpable por la sangre
que has derramado. Te has contaminado con los ídolos que hiciste. ¡Ha llegado el día de tu destrucción! Has llegado al fin de tus días. Te convertiré
en objeto de burla en todos los países. Ciudad infame y llena de confusión,
de ti se burlarán pueblos lejanos y cercanos.
»”Cada uno de los líderes de Israel que vive dentro de tus murallas está
decidido a derramar sangre. A los padres y a las madres se les trata con
desprecio. Los extranjeros están obligados a pagar por protección. Los
huérfanos y las viudas que viven en medio de ti son objeto de abusos y
maltratos. Desprecias mis objetos santos y profanas mis días de descanso.
Hay quienes acusan falsamente a otros y los envían a la muerte. Estás llena
de gente que rinde culto a ídolos y hace cosas obscenas. Hay entre ustedes
hombres que se acuestan con la esposa de su padre y que obligan a las
mujeres a tener relaciones sexuales con ellos durante su período menstrual. Dentro de tus murallas viven hombres que cometen adulterio con
la mujer de su vecino, que deshonran a sus nueras o violan a sus propias
hermanas. Por todas partes hay asesinos a sueldo, prestamistas usureros
y extorsionistas. Ni siquiera piensan en mí ni en mis mandatos, dice el
Señor Soberano.