Inmersion Profetas NTV - Flipbook - Página 27
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INMERSIÓN
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P R O F E TA S
7:9–8:3
—Una plomada —contesté.
Y el Señor respondió:
—Probaré a mi pueblo con esta plomada. Ya no pasaré por alto sus pecados. Los altares paganos de sus antepasados quedarán en ruinas y los
santuarios de Israel serán destruidos; acabaré de forma repentina con la
dinastía del rey Jeroboam.
Luego Amasías, el sacerdote de Betel, mandó un mensaje a Jeroboam,
rey de Israel: «¡Amós está tramando una conspiración contra usted, aquí
mismo en el umbral de su casa! Lo que él dice es intolerable. Anda diciendo: “Pronto matarán a Jeroboam y el pueblo de Israel será enviado al
destierro”».
Entonces Amasías envió órdenes a Amós:
—¡Vete de aquí, profeta! ¡Regresa a la tierra de Judá y gánate la vida
profetizando allí! No nos molestes con tus profecías aquí en Betel. ¡Este
es el santuario del rey y el lugar nacional de culto!
Pero Amós contestó:
—No soy profeta profesional ni fui entrenado para serlo. No soy más
que un pastor de ovejas y cultivador de las higueras sicómoros. Sin embargo, el Señor me llamó y me apartó de mi rebaño y me dijo: “Ve y profetiza a mi pueblo en Israel”. Ahora bien, escuchen este mensaje del Señor:
“Tú dices:
‘No profetices contra Israel.
Deja de predicar contra mi pueblo’.
Pero esto es lo que dice el Señor:
‘Tu esposa se convertirá en prostituta en esta ciudad,
y a tus hijos y a tus hijas los matarán.
Tu tierra será repartida
y tú morirás en tierra extranjera.
Con toda seguridad el pueblo de Israel irá cautivo al destierro,
lejos de su patria’”.
Entonces el Señor Soberano me mostró otra visión. Esta vez vi una cesta
llena de fruta madura.
—¿Qué ves, Amós? —me preguntó.
—Una cesta repleta de fruta madura —contesté.
Entonces el Señor dijo:
—Al igual que esta fruta, ¡Israel está maduro para el castigo! No volveré
a demorar su castigo. En aquel día el canto en el templo se convertirá en
lamento. Habrá cadáveres tirados por todas partes. Serán llevados fuera de
la ciudad en silencio. ¡Yo, el Señor Soberano, he hablado!