Inmersion Profetas NTV - Flipbook - Página 235
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INMERSIÓN
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P R O F E TA S
6:30–7:18
Pero no los purifica,
ya que su perversidad permanece.
Los marcaré: “plata rechazada”,
porque yo, el Señor, los desecho».
El Señor le dio otro mensaje a Jeremías diciendo: «Vete a la entrada del
templo del Señor y dale el siguiente mensaje al pueblo: “Oh Judá, ¡escucha este mensaje del Señor! ¡Escúchenlo, todos ustedes que aquí adoran
al Señor! Esto dice el Señor de los Ejércitos Celestiales, Dios de Israel:
»”Incluso ahora, si abandonan sus malos caminos les permitiré quedarse en su propia tierra; pero no se dejen engañar por los que les prometen seguridad simplemente porque aquí está el templo del Señor. Ellos
repiten: ‘¡El templo del Señor está aquí! ¡El templo del Señor está aquí!’.
Pero seré misericordioso únicamente si abandonan sus malos pensamientos y sus malas acciones, y comienzan a tratarse el uno al otro con justicia;
si dejan de explotar a los extranjeros, a los huérfanos y a las viudas; si
dejan de asesinar; y si dejan de dañarse ustedes mismos al rendir culto a
los ídolos. Entonces, les permitiré quedarse en esta tierra que les di a sus
antepasados para siempre.
»”No se dejen engañar ni crean que nunca tendrán que sufrir porque el
templo está aquí. ¡Es una mentira! ¿De verdad piensan que pueden robar,
matar, cometer adulterio, mentir y quemar incienso a Baal y a los otros
nuevos dioses que tienen, y luego venir y presentarse delante de mí en mi
templo a repetir: ‘¡Estamos a salvo!’, solo para irse a cometer nuevamente
todas las mismas maldades? ¿No reconocen ustedes mismos que este templo, que lleva mi nombre, se ha convertido en una cueva de ladrones? Les
aseguro que veo todo el mal que ocurre allí. ¡Yo, el Señor, he hablado!
»”Ahora vayan a Silo, al lugar donde puse antes el tabernáculo que llevaba mi nombre. Vean lo que hice allí debido a toda la perversidad de mi
pueblo, los israelitas. Cuando ustedes cometían estas perversidades, dice
el Señor, yo les hablé de ello repetidas veces, pero ustedes no quisieron
escuchar. Los llamé, pero se negaron a contestar. Entonces, tal como destruí a Silo, ahora también destruiré a este templo que lleva mi nombre, este
templo al que acuden en busca de ayuda, este lugar que les di a ustedes y a
sus antepasados. Y los enviaré al destierro fuera de mi vista, así como hice
con sus parientes, el pueblo de Israel”.
»Jeremías, no ores más por este pueblo. No llores ni ores por ellos y
no me supliques que los ayude, porque no te escucharé. ¿Acaso no ves lo
que están haciendo en las ciudades de Judá y en las calles de Jerusalén?
¡Con razón estoy tan enojado! Mira cómo los hijos juntan leña y los padres
preparan el fuego para el sacrificio. Observa cómo las mujeres preparan
la masa para hacer pasteles y ofrecérselos a la reina del cielo. ¡Y derraman