Inmersion Profetas NTV - Flipbook - Página 228
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J erem í as
Olas de destrucción cubren la tierra,
hasta dejarla en completa desolación.
Súbitamente mis carpas son destruidas;
de repente mis refugios son demolidos.
¿Hasta cuándo tendré que ver las banderas de combate
y oír el toque de trompetas de guerra?
«Mi pueblo es necio
y no me conoce —dice el Señor—.
Son hijos tontos,
sin entendimiento.
Son lo suficientemente listos para hacer lo malo,
¡pero no tienen ni idea de cómo hacer lo correcto!».
Miré a la tierra y estaba vacía y no tenía forma;
miré a los cielos y no había luz.
Miré a las montañas y colinas
que temblaban y se agitaban.
Miré y toda la gente se había ido;
todos los pájaros del cielo se habían volado.
Miré y los terrenos fértiles se habían convertido en desiertos;
las ciudades estaban en ruinas,
destruidas por la ira feroz del Señor.
Esto dice el Señor:
«La tierra entera será arrasada,
pero no la destruiré por completo.
La tierra estará de luto
y los cielos serán tapizados de negro
a causa de la sentencia que pronuncié contra mi pueblo.
Lo he decidido y no lo cambiaré».
Al oír el ruido de los carros de guerra y los arqueros,
la gente huye aterrorizada.
Ellos se esconden en los matorrales
y corren a las montañas.
Todas las ciudades han sido abandonadas;
¡no queda nadie en ellas!
¿Qué es lo que haces,
tú que has sido saqueado?
¿Por qué te vistes de ropas hermosas
y te pones joyas de oro?
¿Por qué te resaltas los ojos con rímel?
¡Arreglarte así de nada te servirá!
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