Inmersion Profetas NTV - Flipbook - Página 126
33:2-14
I sa í as
Cuando terminen de destruir,
serán destruidos.
Cuando terminen de traicionar,
serán traicionados.
Pero tú, Señor, ten misericordia de nosotros,
porque hemos esperado en ti.
Sé nuestro brazo fuerte cada día
y nuestra salvación en los tiempos difíciles.
El enemigo corre al sonido de tu voz;
cuando te pones en pie, ¡las naciones huyen!
Así como la oruga y la langosta despojan los campos y las vides,
de la misma forma será despojado el ejército caído de Asiria.
Aunque el Señor es muy grande y vive en el cielo,
hará de Jerusalén el hogar de su justicia y rectitud.
En aquel día, él será tu cimiento seguro,
y te proveerá de una abundante reserva de salvación, sabiduría y
conocimiento;
el temor del Señor será tu tesoro.
Pero ahora tus valientes guerreros lloran en público;
tus embajadores de paz lloran con amarga desilusión.
Tus caminos están abandonados;
ya nadie viaja por ellos.
Los asirios rompieron su tratado de paz
y no les importan las promesas que hicieron delante de testigos;
no le tienen respeto a nadie.
La tierra de Israel se marchita con el duelo;
el Líbano se seca a causa de la vergüenza.
La llanura de Sarón es ahora un desierto;
Basán y el Carmelo han sido saqueados.
Pero el Señor dice: «Ahora me levantaré;
ahora mostraré mi poder y mi fuerza.
Ustedes, los asirios, no producen más que hierba seca y rastrojos;
su propio aliento se convertirá en fuego y los consumirá.
Su pueblo será totalmente quemado,
como los espinos que se cortan y se echan al fuego.
¡Escuchen lo que yo hice, naciones lejanas!
¡Y ustedes que están cerca, reconozcan mi poder!».
Los pecadores de Jerusalén tiemblan de temor;
el terror se apodera de los que no tienen a Dios.
«¿Quién puede vivir con este fuego devorador? —claman—.
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