Inmersion Origenes - Flipbook - Página 49
24:15-33
G é nesis
35
beber a sus camellos!”, que sea ella la que has elegido como esposa para
Isaac. De esa forma sabré que has mostrado amor inagotable a mi amo».
Entonces, antes de terminar su oración, vio a una joven llamada Rebeca,
que salía con su cántaro al hombro. Ella era hija de Betuel, quien era hijo de
Nacor —hermano de Abraham— y de Milca, su esposa. Rebeca era muy
hermosa y tenía edad suficiente para estar casada, pero aún era virgen. Ella
descendió hasta el manantial, llenó su cántaro y volvió a subir. Entonces el
siervo corrió hasta alcanzarla y le dijo:
—Por favor, deme de beber un poco de agua de su cántaro.
—Sí, mi señor, beba —respondió ella.
Enseguida bajó su cántaro del hombro y le dio de beber. Después de
darle de beber, dijo:
—También sacaré agua para sus camellos y les daré de beber hasta que
se sacien.
Así que, de inmediato, vació su cántaro en el bebedero y volvió corriendo
al pozo a sacar agua para todos los camellos.
El siervo la observaba en silencio mientras se preguntaba si el Señor le
había dado éxito en la misión. Cuando los camellos terminaron de beber,
sacó un anillo de oro para la nariz de la muchacha y dos pulseras grandes
de oro para sus muñecas.
—¿De quién es hija usted? —le preguntó—, y dígame, por favor, ¿tendría su padre algún lugar para hospedarnos esta noche?
—Soy hija de Betuel —contestó ella—, y mis abuelos son Nacor y
Milca. Sí, tenemos más que suficiente paja y alimento para los camellos, y
también tenemos lugar para huéspedes.
El hombre se inclinó hasta el suelo y adoró al Señor.
—Alabado sea el S eñor, Dios de mi amo, Abraham —dijo—. El S eñor
ha mostrado amor inagotable y fidelidad a mi amo, porque me ha guiado
directamente a los parientes de mi señor.
La joven corrió a su casa para contarle a su familia todo lo que había
ocurrido. Rebeca tenía un hermano llamado Labán, el cual salió corriendo
al manantial para encontrarse con el hombre. Había visto el anillo en la
nariz de su hermana y las pulseras en sus muñecas, y había oído a Rebeca contar lo que el hombre le había dicho. Así que corrió hasta llegar
al manantial, donde el hombre aún estaba parado al lado de sus camellos.
Entonces Labán le dijo: «¡Ven y quédate con nosotros, hombre bendecido
por el Señor! ¿Por qué estás aquí, fuera de la ciudad, cuando yo tengo un
cuarto preparado para ti y un lugar para los camellos?».
Entonces el hombre fue con Labán a su casa, y Labán descargó los camellos, y para que se tendieran les proveyó paja, los alimentó, y también
trajo agua para que el hombre y los camelleros se lavaran los pies. Luego
sirvieron la comida, pero el siervo de Abraham dijo:
InmersionOrigenes_NTV.indd 35
10/12/2017 10:05:40 AM