Inmersion Origenes - Flipbook - Página 260
246
INMERSIÓN
•
ORÍGENES
16:23-40
—¡Oh D
ios, tú eres el D
ios que da aliento a todas las criaturas! ¿Tienes
que enojarte con todo el pueblo cuando solo un hombre peca?
Y el S eñor le dijo a Moisés:
—Entonces dile a todo el pueblo que se aleje de las carpas de Coré,
Datán y Abiram.
Así que M
oisés se levantó y fue a toda prisa hasta las carpas de Datán
y Abiram, seguido por los ancianos de Israel. «¡Rápido! —le dijo a la
gente—, aléjense de las carpas de estos hombres perversos y no toquen
ninguna de sus pertenencias. De lo contrario, serán destruidos por el pecado de ellos». Entonces todo el pueblo se alejó de las carpas de Coré,
Datán y Abiram. Pero Datán y Abiram salieron y esperaron de pie a la
entrada de sus carpas, junto con sus esposas, sus hijos y sus pequeños.
Y Moisés les dijo: «Esta es la manera en que sabrán que el Señor me
ha enviado a realizar todas estas cosas, pues no las he hecho por mi propia
cuenta. Si estos hombres mueren de muerte natural o si nada fuera de lo
común les sucede, entonces el Señor no me ha enviado; pero si el S eñor
hace algo totalmente nuevo y la t ierra abre su boca y se los traga con todas
sus pertenencias y descienden vivos a la tumba, entonces ustedes sabrán
que estos hombres mostraron desprecio por el Señor».
Apenas Moisés terminó de decir estas palabras, la tierra repentinamente
se abrió debajo de ellos. La t ierra abrió la boca y se tragó a los hombres,
junto con todos los de su casa y todos sus seguidores que estaban junto a
ellos y todo lo que poseían. Así que descendieron vivos a la tumba, junto
con todas sus pertenencias. La tierra se c erró encima de ellos y desaparecieron de entre el pueblo de I srael; y toda la gente que los rodeaba huyó
cuando oyeron sus gritos. «¡La t ierra nos tragará a nosotros también!»,
exclamaron. Entonces un fuego ardiente salió del Señor y consumió a los
doscientos cincuenta hombres que ofrecían incienso.
El Señor le dijo a Moisés: «Dile a Eleazar, hijo del sacerdote Aarón,
que saque todos los incensarios del fuego, porque son santos. También
dile que esparza los carbones encendidos. Toma los incensarios de estos
hombres que pecaron a costa de sus vidas, y de ese metal elabora láminas
a martillo para recubrir el altar. Como estos incensarios se usaron en la
presencia del S eñor, ya son santos. Que sirvan como advertencia al pueblo de Israel».
Así que Eleazar, el sacerdote, recuperó los doscientos cincuenta incensarios de bronce usados por los hombres que murieron en el fuego
y del bronce se elaboró una lámina a martillo para recubrir el altar. Esta
lámina serviría de advertencia a los israelitas para que nadie que no fuera
autorizado —nadie que no fuera descendiente de Aarón— entrara jamás
a la presencia del Señor para quemar incienso. Si alguien lo hiciera, le
InmersionOrigenes_NTV.indd 246
10/12/2017 10:06:08 AM