Inmersion Origenes - Flipbook - Página 250
236
INMERSIÓN
•
ORÍGENES
11:4-21
Entonces la gentuza extranjera que viajaba con los israelitas comenzó a
tener fuertes antojos por las cosas buenas de Egipto. Y el pueblo de I srael
también comenzó a quejarse: «¡Oh, si tuviéramos un poco de carne!
—exclamaban—. Cómo nos acordamos del pescado que comíamos gratis en Egipto y teníamos todos los pepinos, los melones, los p uerros, las
cebollas y los ajos que queríamos. ¡Pero ahora lo único que vemos es este
maná! Hasta hemos perdido el apetito».
El maná era parecido a pequeñas semillas de cilantro, y era de un color
amarillo claro como goma de resina. La gente salía a recogerlo del suelo.
Con el maná se hacía harina en los molinos de mano o se machacaba en un
mortero. Luego se hervía en una olla para hacer panes planos que sabían
a pastelitos horneados con aceite de oliva. Durante la noche, el maná caía
sobre el campamento juntamente con el rocío.
Entonces Moisés escuchó los lloriqueos de las familias a la entrada de
sus carpas y el Señor se enfureció. Moisés también estaba muy molesto,
y le dijo al Señor:
—¿Por qué me tratas a mí, tu servidor, con tanta dureza? ¡Ten misericordia de mí! ¿Qué hice para merecer la carga de todo este pueblo? ¿Acaso yo
los engendré? ¿Los traje yo al mundo? ¿Por qué me dijiste que los llevara en
mis brazos como una madre a un bebé de pecho? ¿Cómo puedo llevarlos a la
tierra que juraste dar a sus antepasados? ¿De dónde se supone que voy a conseguir carne para toda esta gente? No dejan de quejarse conmigo diciendo:
“¡Danos carne para comer!”. ¡Solo no puedo soportar a todo este pueblo! ¡La
carga es demasiado pesada! Si esta es la manera como piensas tratarme, sería
mejor que me mataras. ¡Hazme ese favor y ahórrame esta miseria!
Entonces el Señor le dijo a Moisés:
—Reúne delante de mí a setenta hombres que sean reconocidos como
ancianos y jefes de Israel. Llévalos al tabernáculo para que permanezcan
junto a ti. Yo descenderé y allí hablaré contigo. Tomaré del Espíritu que
está sobre ti y lo pondré sobre ellos también. Llevarán la carga del pueblo
junto contigo, y de esa manera no tendrás que soportarla tú solo.
»También dile al pueblo: “Purifíquense, porque mañana tendrán carne
para comer. Ustedes gemían y el Señor oyó sus quejidos: ‘¡Oh, un poco
de carne! ¡Estábamos en mejores condiciones en Egipto!’. Ahora, el S eñor
les dará carne y tendrán que comérsela. Y no será solo un día, ni dos, ni
cinco, ni diez, ni aun veinte. La comerán durante un mes entero, hasta que
les produzca náuseas y estén hartos de tanta carne. Pues han rechazado al
Señor que está aquí entre ustedes y han lloriqueado diciendo: ‘¿Por qué
dejamos Egipto?’”.
Entonces M
oisés respondió al Señor:
InmersionOrigenes_NTV.indd 236
10/12/2017 10:06:07 AM