Inmersion Origenes - Flipbook - Página 131
É x odo
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segundo mes, un mes después de salir de la t ierra de Egipto. Allí también
toda la comunidad de Israel se quejó de Moisés y Aarón.
«¡Si tan solo el S eñor nos hubiera matado en Egipto! —protestaban—.
Allá nos sentábamos junto a las ollas llenas de carne y comíamos todo el
pan que se nos antojaba; pero ahora tú nos has traído a este desierto para
matarnos de hambre».
Entonces el S eñor le dijo a M
oisés: «Mira, haré llover alimento del
cielo para ustedes. Cada día la gente podrá salir a recoger todo el alimento
necesario para ese día. Con esto los pondré a prueba para ver si siguen o
no mis instrucciones. El sexto día juntarán el alimento y cuando preparen
la comida habrá el doble de lo normal».
Entonces Moisés y Aarón dijeron a todos los israelitas: «Antes de anochecer, sabrán que fue el S eñor quien los sacó de la t ierra de Egipto. Por
la mañana, verán la gloria del Señor, porque él oyó las quejas de ustedes,
que son contra él y no contra nosotros. ¿Qué hemos hecho para que ustedes se quejen de nosotros?». Luego M
oisés añadió: «El S eñor les dará
de comer carne por la tarde y los saciará con pan por la mañana, porque
él oyó todas sus quejas contra él. ¿Qué hemos hecho nosotros? Así es, las
quejas de ustedes son contra el Señor, no contra nosotros».
Después M
oisés le dijo a Aarón: «Anuncia lo siguiente a toda la comunidad de Israel: “Preséntense ante el Señor, porque él ha oído sus
quejas”». Mientras Aarón hablaba a toda la comunidad de I srael, miraron
hacia el desierto, y allí pudieron ver la imponente gloria del S eñor en la
nube.
Luego el Señor le dijo a Moisés: «He oído las quejas de los israelitas.
Ahora diles: “Por la tarde tendrán carne para comer, y por la mañana tendrán todo el pan que deseen. Así ustedes sabrán que yo soy el Señor su
Dios”».
Esa tarde, llegó una cantidad enorme de codornices que cubrieron el
campamento, y a la mañana siguiente los alrededores del campamento estaban húmedos de rocío. Cuando el rocío se evaporó, la superficie del desierto quedó cubierta por copos de una sustancia hojaldrada y fina como
escarcha. Los israelitas quedaron perplejos al ver eso y se preguntaban
unos a otros: «¿Qué es esto?», porque no tenían idea de lo que era.
Entonces Moisés les dijo: «Este es el pan que el Señor les da para
comer. Estas son las instrucciones del Señor: cada grupo familiar juntará
todo lo que necesite. Recojan dos litros por cada persona en su carpa».
Así que los israelitas hicieron lo que se les dijo. Algunos recogieron
mucho; otros, solo un poco. Pero cuando lo midieron, cada uno tenía lo
justo y necesario. A los que recogieron mucho, nada les sobraba, y a los
que recogieron solo un poco, nada les faltaba. Cada familia tuvo justo lo
que necesitaba.
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