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INMERSOS EN ÉXODO
E L L I B R O D E É X O D O D E S C R I B E L A F O R M A en que Dios realiza su tercer
pacto con la humanidad. Los descendientes de Abraham se multiplican
y se convierten en la antigua nación de Israel, y Dios nombra a Moisés
para servir como mediador de la relación de pacto de Israel con Dios.
La Biblia describe este pacto con tanto detalle que su historia y estipulaciones constituyen el resto de los primeros cinco libros, un signo de
lo crucial que es para lo que sigue.
Éxodo continúa la historia del libro de Génesis. Explica la forma en
que los descendientes de los hijos de Jacob, después de establecerse
en Egipto, se multiplican y se convierten en una nación que termina
siendo esclavizada por el faraón, el gobernante de Egipto. Dios ve el
sufrimiento de su pueblo e interviene para salvarlo, una acción que
establece el patrón de los futuros actos de rescate de Dios. Moisés es
elegido como el líder que librará a los israelitas de la esclavitud y los
conducirá a su nueva tierra. Por medio de una serie de plagas terribles,
Dios convence al faraón que libre al pueblo. Las plagas representan el
«juicio» del Señor «contra todos los dioses de Egipto». Dios revela su
nombre a Moisés (Yahweh, que significa «Yo Soy El Que Soy»), y se
muestra más poderoso que esos falsos dioses y poderes. (Estas historias se relatan con la misma estructura quiástica de muchas de las
historias de Génesis).
Una vez liberados de la esclavitud, los israelitas parten hacia Canaán,
la tierra que Dios le había prometido a Abraham. Dios los acompaña a
lo largo del camino y renueva su pacto con ellos en el monte Sinaí. Si el
pueblo obedece las instrucciones de Dios, serán para Dios su «tesoro
especial entre todas las naciones de la tierra», su «reino de sacerdotes»
y su «nación santa». Esta ceremonia de pacto señala que Israel no está
siendo elegida solamente por su propio bien. Se le está dando un papel
especial como parte de la misión de Dios de restaurar el mundo. En el
monte Sinaí, Dios comienza a entregar las leyes, empezando con los
diez mandamientos, que convertirán a los israelitas en su comunidad.
Muchas de esas leyes enseñan el modo de vida que Dios espera de
su pueblo y explican qué hacer en situaciones específicas. Por ejemplo,
una ley establece: «Si ves que el burro de alguien que te odia cayó
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