Inmersion Mesias - Flipbook - Página 521
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Y la bestia fue capturada, y junto con ella, el falso profeta que hacía grandes
milagros en nombre de la bestia; milagros que engañaban a todos los que
habían aceptado la marca de la bestia y adorado a su estatua. Tanto la bestia
como el falso profeta fueron lanzados vivos al lago de fuego que arde con
azufre. Todo su ejército fue aniquilado por la espada afilada que salía de la
boca del que montaba el caballo blanco. Y todos los buitres devoraron los
cuerpos muertos hasta hartarse.
Luego vi a un ángel que bajaba del cielo con la llave del abismo sin fondo y
una pesada cadena en la mano. Sujetó con fuerza al dragón —la serpiente
antigua, quien es el diablo, Satanás— y lo encadenó por mil años. El ángel
lo lanzó al abismo sin fondo y lo encerró con llave para que Satanás no
pudiera engañar más a las naciones hasta que se cumplieran los mil años.
Pasado ese tiempo, debe ser soltado por un poco de tiempo.
Después vi tronos, y los que estaban sentados en ellos habían recibido
autoridad para juzgar. Vi las almas de aquellos que habían sido decapitados
por dar testimonio acerca de Jesús y proclamar la palabra de Dios. Ellos no
habían adorado a la bestia ni a su estatua, ni habían aceptado su marca en
la frente o en las manos. Volvieron a la vida, y reinaron con C
risto durante
mil años.
Esta es la primera resurrección. (El resto de los muertos no volvieron a la
vida hasta que se cumplieron los mil años). Benditos y santos son aquellos
que forman parte de la primera resurrección, porque la segunda muerte
no tiene ningún poder sobre ellos, sino que serán sacerdotes de D
ios y de
Cristo, y reinarán con él durante mil años.
Cuando se cumplan los mil años, Satanás será liberado de su prisión.
Saldrá para engañar a las naciones —llamadas Gog y Magog— por todos
los extremos de la tierra. Las reunirá a todas para la batalla: un poderoso
ejército tan incalculable como la arena de la orilla del mar. Y los vi cuando
subían por toda la anchura de la t ierra y rodeaban al pueblo de D
ios y a
la ciudad amada; pero cayó fuego del cielo sobre el ejército que atacaba y
lo consumió.
Después el diablo, que los había engañado, fue lanzado al lago de fuego
que arde con azufre, donde ya estaban la bestia y el falso profeta. Allí serán
atormentados día y noche por siempre jamás.
Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él. La tierra y el cielo
huyeron de su presencia, pero no encontraron ningún lugar donde escon
derse. Vi a los muertos, tanto grandes como pequeños, de pie delante del
trono de Dios. Los libros fueron abiertos, entre ellos el libro de la vida. A
los muertos se les juzgó de acuerdo a las cosas que habían hecho, según lo
que estaba escrito en los libros. El mar entregó sus muertos, y la muerte y
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