Inmersion Mesias - Flipbook - Página 481
INMERSOS EN 1 JUAN
fue escrita para un grupo de creyentes en crisis. Falsos maestros habían comenzado a predicar que
Jesús no era el Mesías, y afirmaban que su propia enseñanza se basaba en una revelación del Espíritu de Dios. Muchos seguidores de
Jesús comenzaron a creerles a esos maestros, y la comunidad se estaba
dividiendo.
En respuesta, Juan escribió una carta a todas las iglesias de la comunidad. (Como en el Evangelio de Juan, el autor no declara su nombre
en esta carta. No obstante, la tradición la adjudica al apóstol Juan, y en
la carta hay muchas evidencias que apoyan esa teoría). A los creyentes
que quedan, Juan los insta a mantenerse fieles «a lo que se les ha enseñado desde el principio». Combate las afirmaciones que hacían los
falsos maestros, mostrando cómo la propia vida de ellos desacredita su
mensaje. Juan asegura a los creyentes fieles que «el Santo les ha dado
su Espíritu, y todos ustedes conocen la verdad».
Una de las cosas que negaban los falsos profetas era que «Jesucristo
vino en un cuerpo humano». Al igual que muchas personas en el primer
siglo, quienes fueron influidas por la filosofía griega, ellos pensaban
que las cosas espirituales eran buenas, en tanto que las cosas materiales eran malas. Creían que, si Jesús realmente hubiera sido el Hijo
de Dios, jamás podría haber venido a la tierra en un cuerpo humano.
Pero Juan ofrece testimonio directo de que Jesús era genuinamente
humano y también el enviado por Dios al mundo. Juan advierte a los
destinatarios de su carta que pongan a prueba a todos los que afirman
hablar por el Espíritu. Si niegan estas verdades básicas acerca de Jesús,
son falsos profetas y siguen el espíritu del anticristo, que, afirma Juan,
ya está presente en el mundo.
Juan agrega que las personas que abandonan la comunidad de fe
también quedan desacreditadas por la forma en que viven. Por ejemplo, vivían vidas impuras, posiblemente porque ahora creían que nada
de lo que hacían en su cuerpo físico afectaría su condición espiritual.
Además, con respecto a los pobres y los que sufrían, los falsos maestros
y sus seguidores carecían de la compasión propia de Cristo: no se preocupaban por las necesidades prácticas de los demás. Juan afirma que
el camino verdadero es el que señaló Jesús. Quienes afirman conocer
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