Inmersion Mesias - Flipbook - Página 474
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INMERSIÓN
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MESÍAS
19:2-20
plomo. Los soldados armaron una corona de espinas y se la pusieron en la
cabeza y lo vistieron con un manto púrpura. «¡Viva el rey de los judíos!»,
se burlaban de él mientras lo abofeteaban.
Pilato volvió a salir y le dijo al pueblo: «Ahora lo voy a traer, pero que
quede bien claro que yo no lo encuentro culpable de nada». Entonces
Jesús salió con la corona de espinas sobre la cabeza y el manto púrpura
puesto. Y Pilato dijo: «¡Miren, aquí tienen al hombre!».
Cuando lo vieron, los principales sacerdotes y los guardias del templo
comenzaron a gritar: «¡Crucifícalo! ¡Crucifícalo!».
—Llévenselo ustedes y crucifíquenlo —dijo Pilato—. Yo no lo encuen
tro culpable.
Los líderes judíos respondieron:
—Según nuestra ley, debe morir porque afirmó que era el Hijo de Dios.
Cuando Pilato oyó eso, tuvo más miedo que nunca. Llevó a J esús de
nuevo a la residencia oficial y le preguntó: «¿De dónde eres?». Pero J esús
no le dio ninguna respuesta.
—¿Por qué no me hablas? —preguntó Pilato—. ¿No te das cuenta de
que tengo poder para ponerte en libertad o para crucificarte?
Entonces Jesús le dijo:
—No tendrías ningún poder sobre mí si no te lo hubieran dado desde
lo alto. Así que el que me entregó en tus manos es el que tiene el mayor
pecado.
Entonces Pilato trató de poner en libertad a J esús, pero los líderes judíos
gritaron: «Si pones en libertad a ese hombre, no eres “amigo del César”.
Todo el que se proclama a sí mismo rey está en rebeldía contra el César».
Cuando dijeron eso, Pilato llevó de nuevo a Jesús ante el pueblo. Enton
ces Pilato se sentó en el tribunal, en la plataforma llamada el Empedrado
(en hebreo, Gabata). Ya era el día de preparación para la Pascua, cerca del
mediodía. Y Pilato dijo al pueblo: «¡Miren, aquí tienen a su rey!».
«¡Llévatelo! ¡Llévatelo! —gritaban—. ¡Crucifícalo!».
—¿Cómo dicen? ¿Que yo crucifique a su rey? —preguntó Pilato.
—No tenemos otro rey más que el César —le contestaron a gritos los
principales sacerdotes.
Entonces Pilato les entregó a Jesús para que lo crucificaran.
Así que se llevaron a Jesús. Él, cargando su propia cruz, fue al sitio llamado
Lugar de la Calavera (en hebreo, Gólgota). Allí lo clavaron en la cruz. Tam
bién crucificaron a otros dos con él, uno a cada lado, y a Jesús, en medio.
Y Pilato colocó un letrero sobre la cruz, que decía: «
Jesús de Nazaret, el
Rey de los judíos». El lugar donde crucificaron a J esús estaba cerca de la
ciudad, y el letrero estaba escrito en hebreo, en latín y en griego, para que
muchos pudieran leerlo.
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