Inmersion Mesias - Flipbook - Página 47
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L u cas – H E C H O S
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»Como consecuencia, a esta generación se le hará responsable del ase
sinato de todos los profetas de Dios desde la creación del mundo, desde el
asesinato de Abel hasta el de Zacarías, a quien mataron entre el altar y el
santuario. Sí, de verdad se culpará a esta generación.
»¡Qué aflicción les espera a ustedes, expertos en la ley religiosa! Pues
le quitan a la gente la llave del conocimiento. Ustedes mismos no entran
al reino e impiden que otros entren.
Mientras Jesús se retiraba, los maestros de la ley religiosa y los fariseos
se pusieron agresivos y trataron de provocarlo con muchas preguntas.
Querían tenderle una trampa para que dijera algo que pudieran usar en
su contra.
Mientras tanto, las multitudes crecieron hasta que miles de personas se
arremolinaban y se atropellaban unas a otras. Jesús primero se dirigió a
sus discípulos y les advirtió: «Tengan cuidado con la levadura de los fa
riseos, es decir, su hipocresía. Llegará el tiempo en que todo lo que está
encubierto será revelado y todo lo secreto se dará a conocer a todos. Todo
lo que hayan dicho en la oscuridad se oirá a plena luz, y todo lo que hayan
susurrado a puerta cerrada, ¡se gritará desde los techos para que todo el
mundo lo oiga!
»Queridos amigos, no teman a los que quieren matarles el cuerpo; des
pués de eso, no pueden hacerles nada más. Les diré a quién temer: teman a
Dios, quien tiene el poder de quitarles la vida y luego arrojarlos al infierno.
Claro, él es a quien deben temer.
»¿Cuánto cuestan cinco gorriones: dos monedas de cobre? Sin em
bargo, D
ios no se olvida de ninguno de ellos. Y, en cuanto a ustedes, cada
cabello de su cabeza está contado. Así que no tengan miedo; para Dios
ustedes son más valiosos que toda una bandada de gorriones.
»Les digo la verdad, a todo el que me reconozca en público aquí en
la tierra, el Hijo del Hombre también lo reconocerá en presencia de los
ángeles de Dios. Pero el que me niegue aquí en la t ierra será negado de
lante de los ángeles de D
ios. El que hable en contra del H
ijo del H
ombre
puede ser perdonado, pero el que blasfeme contra el E
spíritu Santo no
será perdonado.
»Cuando sean sometidos a juicio en las sinagogas y delante de gober
nantes y autoridades, no se preocupen por cómo defenderse o qué decir,
porque el Espíritu Santo les enseñará en ese momento lo que hay que
decir».
Entonces alguien de la multitud exclamó:
—Maestro, por favor, dile a mi hermano que divida la herencia de nues
tro padre conmigo.
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