Inmersion Mesias - Flipbook - Página 393
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M ateo
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el otro será dejado. Dos mujeres estarán moliendo harina en el molino;
una será llevada, la otra será dejada.
»¡Así que ustedes también deben estar alerta!, porque no saben qué
día vendrá su Señor. Entiendan lo siguiente: si el dueño de una casa su
piera exactamente a qué hora viene un ladrón, se mantendría alerta y no
dejaría que asaltara su casa. Ustedes también deben estar preparados todo
el tiempo, porque el Hijo del H
ombre vendrá cuando menos lo esperen.
»Un sirviente fiel y sensato es aquel a quien el amo puede darle la res
ponsabilidad de dirigir a los demás sirvientes y alimentarlos. Si el amo
regresa y encuentra que el sirviente ha hecho un buen trabajo, habrá una
recompensa. Les digo la verdad, el amo pondrá a ese sirviente a cargo de
todo lo que posee. ¿Pero qué tal si el sirviente es malo y piensa: “Mi amo
no regresará por un tiempo” y comienza a golpear a los otros sirvientes,
a parrandear y a emborracharse? El amo regresará inesperadamente y sin
previo aviso, cortará al sirviente en pedazos y le asignará un lugar con los
hipócritas. En ese lugar habrá llanto y rechinar de dientes.
»Entonces, el reino del cielo será como diez damas de honor que toma
ron sus lámparas y salieron para encontrarse con el novio. Cinco de ellas
eran necias y cinco sabias. Las cinco que eran necias no llevaron suficiente
aceite de oliva para sus lámparas, pero las otras cinco fueron tan sabias que
llevaron aceite extra. Como el novio se demoró, a todas les dio sueño y se
durmieron.
»A la medianoche, se despertaron ante el grito de: “¡Miren, ya viene el
novio! ¡Salgan a recibirlo!”.
»Todas las damas de honor se levantaron y prepararon sus lámparas.
Entonces las cinco necias les pidieron a las otras: “Por favor, dennos un
poco de aceite, porque nuestras lámparas se están apagando”.
»Sin embargo, las sabias contestaron: “No tenemos suficiente para
todas. Vayan a una tienda y compren un poco para ustedes”.
»Pero durante el lapso en que se fueron a comprar aceite, llegó el novio.
Entonces las que estaban listas entraron con él a la fiesta de bodas y se
cerró la puerta con llave. Más tarde, cuando regresaron las otras cinco
damas de honor, se quedaron afuera, y llamaron: “ ¡Señor, señor! ¡Ábre
nos la puerta!”.
»Él les respondió: “Créanme, ¡no las conozco!”.
»¡Así que ustedes también deben estar alerta! Porque no saben el día
ni la hora de mi regreso.
»También el reino del cielo puede ilustrarse mediante la historia de un
hombre que tenía que emprender un largo viaje. Reunió a sus siervos y
les confió su dinero mientras estuviera ausente. Lo dividió en proporción
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