Inmersion Mesias - Flipbook - Página 39
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L u cas – H E C H O S
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Cuando los apóstoles regresaron, le contaron a Jesús todo lo que habían
hecho. Luego él se retiró con ellos sin llamar la atención hacia la ciudad
de Betsaida, pero las multitudes descubrieron adónde iba y lo siguieron.
Jesús los recibió y les enseñó acerca del reino de Dios y sanó a los que
estaban enfermos.
Al atardecer, los doce discípulos se le acercaron y le dijeron:
—Despide a las multitudes para que puedan conseguir comida y en
contrar alojamiento para la noche en las aldeas y granjas cercanas. En este
lugar alejado no hay nada para comer.
Jesús les dijo:
—Denles ustedes de comer.
—Pero lo único que tenemos son cinco panes y dos pescados —le res
pondieron—. ¿O esperas que vayamos y compremos suficiente comida
para toda esta gente?
Pues había alrededor de cinco mil hombres allí.
Jesús les respondió:
—Díganles que se sienten en grupos de unos cincuenta cada uno.
Entonces todos se sentaron. Jesús tomó los cinco panes y los dos pesca
dos, miró hacia el cielo y los bendijo. Luego, a medida que partía los panes
en trozos, se los daba a sus discípulos junto con los pescados para que los
distribuyeran entre la gente. Todos comieron cuanto quisieron, y después
los discípulos juntaron doce canastas con lo que sobró.
Cierto día, J esús se alejó de las multitudes para orar a solas. Solo estaban
con él sus discípulos, y les preguntó:
—¿Quién dice la gente que soy?
—Bueno —contestaron—, algunos dicen Juan el Bautista, otros dicen
Elías, y otros dicen que eres uno de los otros antiguos profetas, que volvió
de la muerte.
Entonces les preguntó:
—Y ustedes, ¿quién dicen que soy?
Pedro contestó:
—¡Tú eres el Mesías enviado por Dios!
Jesús les advirtió a sus discípulos que no dijeran a nadie quién era él.
—El H
ijo del H
ombre tendrá que sufrir muchas cosas terribles —les
dijo—. Será rechazado por los ancianos, por los principales sacerdotes y
por los maestros de la ley religiosa. Lo matarán, pero al tercer día resucitará.
Entonces dijo a la multitud: «Si alguno de ustedes quiere ser mi segui
dor, tiene que abandonar su propia manera de vivir, tomar su cruz cada día
y seguirme. Si tratas de aferrarte a la vida, la perderás, pero si entregas tu
vida por mi causa, la salvarás. ¿Y qué beneficio obtienes si ganas el mundo
entero, pero te pierdes o destruyes a ti mismo? Si alguien se avergüenza
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