Inmersion Mesias - Flipbook - Página 31
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L u cas – H E C H O S
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Qué aflicción les espera a ustedes, los que son elogiados por las
multitudes,
porque sus antepasados también elogiaron a falsos profetas.
»A los que están dispuestos a escuchar, les digo: ¡amen a sus enemigos!
Hagan bien a quienes los odian. Bendigan a quienes los maldicen. Oren
por aquellos que los lastiman. Si alguien te da una bofetada en una meji
lla, ofrécele también la otra mejilla. Si alguien te exige el abrigo, ofrécele
también la camisa. Dale a cualquiera que te pida; y cuando te quiten las
cosas, no trates de recuperarlas. Traten a los demás como les gustaría que
ellos los trataran a ustedes.
»Si solo aman a quienes los aman a ustedes, ¿qué mérito tienen? ¡Hasta
los pecadores aman a quienes los aman a ellos! Y si solo hacen bien a los
que son buenos con ustedes, ¿qué mérito tienen? ¡Hasta los pecadores
hacen eso! Y si prestan dinero solamente a quienes pueden devolverlo,
¿qué mérito tienen? Hasta los pecadores prestan a otros pecadores a cam
bio de un reembolso completo.
»¡Amen a sus enemigos! Háganles bien. Presten sin esperar nada a cam
bio. Entonces su recompensa del cielo será grande, y se estarán compor
tando verdaderamente como hijos del Altísimo, pues él es bondadoso con
los que son desagradecidos y perversos. Deben ser compasivos, así como
su Padre es compasivo.
»No juzguen a los demás, y no serán juzgados. No condenen a otros, para
que no se vuelva en su contra. Perdonen a otros, y ustedes serán perdona
dos. Den, y recibirán. Lo que den a otros les será devuelto por completo:
apretado, sacudido para que haya lugar para más, desbordante y derra
mado sobre el regazo. La cantidad que den determinará la cantidad que
recibirán a cambio».
Luego J esús les dio la siguiente ilustración: «¿Puede un ciego guiar a
otro ciego? ¿No caerán los dos en una zanja? Los alumnos no son superio
res a su maestro, pero el alumno que complete su entrenamiento se volverá
como su maestro.
»¿Y por qué te preocupas por la astilla en el ojo de tu amigo cuando tú
tienes un tronco en el tuyo? ¿Cómo puedes decir: “Amigo, déjame ayu
darte a sacar la astilla de tu ojo”, cuando tú no puedes ver más allá del
tronco que está en tu propio ojo? ¡Hipócrita! Primero quita el tronco de
tu ojo; después verás lo suficientemente bien para ocuparte de la astilla
en el ojo de tu amigo.
»Un buen árbol no puede producir frutos malos, y un árbol malo no
puede producir frutos buenos. Al árbol se le identifica por su fruto. Los
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