Inmersion Mesias - Flipbook - Página 244
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INMERSIÓN
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MESÍAS
esperanza es segura porque el mismo poder que levantó a Cristo de
los muertos es el poder que también los sostiene a ellos.
Pablo comienza el cuerpo principal de su carta destacando la misma
verdad que resaltaba en su carta a los Colosenses: que seguir a Cristo
significa iniciar una vida totalmente nueva en una nueva comunidad.
Pablo identifica a los destinatarios como gentiles, pero aclara que en
Jesús ahora son compatriotas en el pueblo de Dios y miembros plenos
de su familia. Antes estaban en el exilio —«vivían en este mundo sin
Dios y sin esperanza»—, pero ahora están unidos al Mesías. Gracias a
que Cristo ha derribado la barrera de hostilidad que antes separaba
a los judíos de los gentiles, una nueva familia humana ha entrado en
existencia. Pablo se refiere a esa familia como el nuevo templo santo de
Dios, el lugar donde mora Dios, construido sobre la piedra fundamental
de Jesucristo mismo.
Este siempre ha sido el misterioso plan de Dios: reunir a toda la
gente del mundo en Cristo. Y la misión especial de Pablo es anunciar
esta Buena Noticia en todo el Imperio romano, especialmente a los
gentiles. Cautivado por esta visión para el mundo, Pablo escribe su
segunda oración, en la que da gracias por el gran amor de Cristo que
hace posible todo eso.
¿Cómo se implementará esa visión en la vida diaria de la comunidad
de creyentes? Cada uno debe utilizar el «don especial» que Dios le
ha dado para ayudar a la comunidad y a sus miembros individuales a
madurar. Deben permitir que el Espíritu de Dios renueve sus pensamientos y actitudes en formas prácticas. Y al igual que en la carta a los
creyentes colosenses, Pablo los instruye sobre la forma en que la luz de
Cristo debería mostrarse en sus relaciones domésticas. Pablo termina
señalando que Dios les ha dado todo lo que necesitan para resistir a las
«fuerzas poderosas de este mundo tenebroso» y para seguir andando
en la luz de Cristo.
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