Inmersion Mesias - Flipbook - Página 212
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INMERSIÓN
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MESÍAS
5:6-20
cuánta ternura nos ama Dios, porque nos ha dado el E
spíritu Santo para
llenar nuestro corazón con su amor.
Cuando éramos totalmente incapaces de salvarnos, Cristo vino en el
momento preciso y murió por nosotros, pecadores. Ahora bien, casi nadie
se ofrecería a morir por una persona honrada, aunque tal vez alguien po
dría estar dispuesto a dar su vida por una persona extraordinariamente
buena; pero Dios mostró el gran amor que nos tiene al enviar a Cristo a
morir por nosotros cuando todavía éramos pecadores. Entonces, ya que
hemos sido hechos justos a los ojos de D
ios por la sangre de C
risto, con
toda seguridad él nos salvará de la condenación de Dios. Pues, como nues
tra amistad con D
ios quedó restablecida por la muerte de su H
ijo cuando
todavía éramos sus enemigos, con toda seguridad seremos salvos por la
vida de su Hijo. Así que ahora podemos alegrarnos por nuestra nueva y
maravillosa relación con Dios gracias a que nuestro Señor J esucristo nos
hizo amigos de Dios.
Cuando Adán pecó, el pecado entró en el mundo. El pecado de Adán intro
dujo la muerte, de modo que la muerte se extendió a todos, porque todos
pecaron. Es cierto, la gente ya pecaba aun antes de que se entregara la ley;
pero no se le tomaba en cuenta como pecado, porque todavía no existía
ninguna ley para violar. Sin embargo, desde los tiempos de Adán hasta los
de Moisés, todos murieron, incluso los que no desobedecieron un man
damiento explícito de D
ios como lo hizo Adán. Ahora bien, Adán es un
símbolo, una representación de C
risto, quien aún tenía que venir; pero
hay una gran diferencia entre el pecado de Adán y el regalo del favor in
merecido de Dios. Pues el pecado de un solo hombre, Adán, trajo muerte
a muchos; pero aún más grande es la gracia maravillosa de Dios y el regalo
de su perdón para muchos por medio de otro hombre, Jesucristo; y el
resultado del regalo del favor inmerecido de D
ios es muy diferente de la
consecuencia del pecado de ese primer hombre. Pues el pecado de Adán
llevó a la condenación, pero el regalo de D
ios nos lleva a ser hechos justos
a los ojos de Dios, a pesar de que somos culpables de muchos pecados.
Pues el pecado de un solo hombre, Adán, hizo que la muerte reinara sobre
muchos; pero aún más grande es la gracia maravillosa de D
ios y el regalo
de su justicia, porque todos los que lo reciben vivirán en victoria sobre el
pecado y la muerte por medio de un solo hombre, Jesucristo.
Así es, un solo pecado de Adán trae condenación para todos, pero un
solo acto de justicia de C
risto trae una relación c orrecta con Dios y vida
nueva para todos. Por uno solo que desobedeció a Dios, muchos pasaron
a ser pecadores; pero por uno solo que obedeció a Dios, muchos serán
declarados justos.
La ley de Dios fue entregada para que toda la gente se diera cuenta de la
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