Inmersion Mesias - Flipbook - Página 134
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INMERSIÓN
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MESÍAS
esas cartas han dado al pueblo de Dios una ventana esencial para ver y
comprender el mensaje y el sentido del cristianismo primitivo.
En el tiempo de Pablo, las cartas tenían un formato común y consistían
típicamente en tres partes: apertura, cuerpo principal y cierre.
En la apertura, los escritores ponían su nombre, identificaban a quién
dirigían la carta, ofrecían un deseo positivo o una oración a favor de los
destinatarios y expresaban gratitud por la relación.
En el cuerpo principal, presentaban y abordaban los temas por tratar.
En el cierre, generalmente nombraban y daban fe de la persona
que llevaría la carta y que probablemente la leería en voz alta para
los destinatarios. Luego los autores extendían sus saludos personales
y transmitían saludos de otros. A veces, también anunciaban cuándo
esperaban poder visitar a los destinatarios, y solían terminar con un
deseo final positivo.
Pablo usa con gran maestría ese antiguo esquema de escritura de
cartas. Con frecuencia, utiliza la estructura habitual de la apertura y el
cierre para resumir los principales puntos de la carta.
La primera carta a los creyentes tesalonicenses —la carta más antigua
que tenemos de Pablo— provee la guía y el apoyo que necesitan para
seguir a Jesús con madurez y valor. En sus palabras de apertura, Pablo
se goza en que recibieron la Buena Noticia con entusiasmo y reconoce
el sufrimiento que están experimentando por su fe en Jesús. Luego,
justo antes de sus saludos finales, resume concisamente su respuesta a
los desafíos que enfrentan los creyentes tesalonicenses. Les pide que
se esfuercen, que vivan pacíficamente y que se cuiden unos a otros.
En esta carta, Pablo enfoca la gran visión del glorioso regreso de
Jesús como Rey y nuestra gran esperanza en la resurrección de los
muertos. Esta visión y esta esperanza sostendrán a los tesalonicenses
mientras se esfuercen por vivir vidas renovadas que agraden a Dios.
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