Biblia de estudio Swindoll | Evangelio de Juan - Flipbook - Página 46
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JUAN 20:3
MOMENTO DE ORACIÓN
JN 20:1-10
Señor, gracias por darnos una prueba
clara, innegable, irrefutable, del hecho
de que nuestro Salvador está vivo. Te
alabamos porque podemos adorar no
en ignorancia, no con base en la tradición, ni por lo que dice la iglesia, sino en
espíritu y en verdad. Te pido, ahora que
hemos sido expuestos a los hechos, que
podamos llegar a un veredicto a favor
de Jesucristo. Aliéntanos con la victoria
de la tumba vacía y el Señor que vive.
Oramos en el precioso nombre de Jesús,
amén.
3 Pedro y el otro discípulo se dirigieron a la tumba.
4Ambos iban corriendo, pero el otro discípulo corrió
más aprisa que Pedro y llegó primero a la tumba. 5 Se
agachó a mirar adentro y vio los lienzos de lino apoyados ahí, pero no entró. 6 Luego llegó Simón Pedro
y entró en la tumba. Él también notó los lienzos de
lino allí, 7 pero el lienzo que había cubierto la cabeza
de Jesús estaba doblado y colocado aparte de las otras
tiras. 8 Entonces el discípulo que había llegado primero a la tumba también entró y vio y creyó, 9 porque
hasta ese momento aún no habían entendido las Escrituras que decían que Jesús tenía que resucitar de
los muertos. 10 Después cada uno se fue a su casa.
—Porque se han llevado a mi Señor —contestó
ella—, y no sé dónde lo han puesto.
14 Dio la vuelta para irse y vio a alguien que estaba
de pie allí. Era Jesús, pero ella no lo reconoció.
15 —Apreciada mujer, ¿por qué lloras? —le preguntó Jesús—. ¿A quién buscas?
Ella pensó que era el jardinero y le dijo:
—Señor, si usted se lo ha llevado, dígame dónde lo
puso, y yo iré a buscarlo.
16 —¡María! —dijo Jesús.
Ella giró hacia él y exclamó:
—¡Raboní! (que en hebreo significa “Maestro”).
17 —No te aferres a mí —le dijo Jesús—, porque todavía no he subido al Padre; pero ve a buscar a mis
hermanos y diles: “Voy a subir a mi Padre y al Padre
de ustedes, a mi Dios y al Dios de ustedes”.
18 María Magdalena encontró a los discípulos
y les dijo: «¡He visto al Señor!». Y les dio el mensaje
de Jesús.
Jesús se aparece a sus discípulos
19 Ese
domingo, al atardecer,* los discípulos estaban
reunidos con las puertas bien cerradas porque tenían
miedo de los líderes judíos. De pronto, ¡Jesús estaba
de pie en medio de ellos! «La paz sea con ustedes»,
dijo. 20 Mientras hablaba, les mostró las heridas de
sus manos y su costado. ¡Ellos se llenaron de alegría
cuando vieron al Señor! 21 Una vez más les dijo: «La
paz sea con ustedes. Como el Padre me envió a mí, así
yo los envío a ustedes». 22 Entonces sopló sobre ellos
y les dijo: «Reciban al Espíritu Santo. 23 Si ustedes
perdonan los pecados de alguien, esos pecados son
perdonados; si ustedes no los perdonan, esos pecados no son perdonados».
Jesús se aparece a Tomás
Jesús se aparece a María Magdalena
11 María
se encontraba llorando fuera de la tumba
y, mientras lloraba, se agachó y miró adentro. 12 Vio
a dos ángeles vestidos con vestiduras blancas, uno
sentado a la cabecera y el otro a los pies, en el lugar
donde había estado el cuerpo de Jesús.
13 —Apreciada mujer, ¿por qué lloras? —le preguntaron los ángeles.
24 Tomás, uno de los doce discípulos (al que apodaban el Gemelo)*, no estaba con los otros cuando llegó
Jesús. 25 Ellos le contaron:
—¡Hemos visto al Señor!
Pero él respondió:
—No lo creeré a menos que vea las heridas de los
clavos en sus manos, meta mis dedos en ellas y ponga
mi mano dentro de la herida de su costado.
P E R S P E C T I VA S
20:19 En griego Al atardecer de ese día, el primer día de la semana. 20:24 En griego a quien llamaban Dídimo.
Su Espíritu, puedan vivir teniendo poder sobre el pecado.
(4) Nos asegura nuestra futura resurrección, después de
la cual siempre estaremos con Él. (5) Nos da una esperanza actual y viva. Así como el amanecer hace retroceder
a la oscuridad, la resurrección de Jesús disuelve nuestra
desesperanza.
Puede ser que algunos sigan hasta la muerte a un
héroe ya fallecido, pero solamente un Salvador vivo puede
llevarnos a la vida. Solo Jesús puede guiarnos a través de
la oscuridad hasta el amanecer.
DUDAS Jn 20:25 Tenemos que darle un descanso a
Tomás. Cierto, él dudó. ¿Acaso no todos tenemos dudas
en algún momento? Nunca sabrás las dudas con las que
yo lucho a veces. Aun así, están allí. Ah, no dudo de mi fe
en el Señor Jesucristo. Ciertamente no dudo de Su sangre,
que pagó el precio de mis pecados, ni de Su resurrección
de la tumba y victoria total. Sin embargo, tengo muchas
preguntas respecto a la vida. Mi libro de aprendizaje
todavía no ha sido sellado ahora que soy salvo. Estoy
en un salón de clases, y necesito seguir cuestionando,
aprendiendo y confiando en Dios en cuanto a la vida en
este mundo.