Biblia de estudio Swindoll | Evangelio de Juan - Flipbook - Página 27
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no es su pastor. Entonces el lobo ataca el rebaño y
lo dispersa. 13 El cuidador contratado sale corriendo
porque trabaja solamente por el dinero y, en realidad,
no le importan las ovejas.
14 »Yo soy el buen pastor; conozco a mis ovejas, y ellas
me conocen a mí, 15 como también mi Padre me conoce
a mí, y yo conozco al Padre. Así que sacrifico mi vida por
las ovejas. 16Además, tengo otras ovejas que no están en
este redil, también las debo traer. Ellas escucharán mi
voz, y habrá un solo rebaño con un solo pastor.
17 »El Padre me ama, porque sacrifico mi vida para
poder tomarla de nuevo. 18 Nadie puede quitarme la
vida sino que yo la entrego voluntariamente en sacrificio. Pues tengo la autoridad para entregarla cuando
quiera y también para volver a tomarla. Esto es lo que
ordenó mi Padre».
19Al oírlo decir esas cosas, la gente* volvió a
dividirse en cuanto a su opinión sobre Jesús. 20Algunos decían: «Está loco y endemoniado, ¿para qué escuchar a un hombre así?». 21 Otros decían: «¡No suena
como alguien poseído por un demonio! ¿Acaso un
demonio puede abrir los ojos de los ciegos?».
Jesús afirma ser el Hijo de Dios
a mí. Entonces sabrán y entenderán que el Padre está
en mí y yo estoy en el Padre.
39 Una vez más trataron de arrestarlo, pero él se
escapó y los dejó. 40 Se fue al otro lado del río Jordán,
cerca del lugar donde Juan bautizaba al principio, y
se quedó un tiempo allí. 41 Y muchos lo siguieron.
«Juan no hacía señales milagrosas —se comentaban
unos a otros—, pero todo lo que dijo acerca de este
hombre resultó ser cierto». 42 Y muchos de los que
estaban allí creyeron en Jesús.
La resurrección de Lázaro
Un hombre llamado Lázaro estaba enfermo.
Vivía en Betania con sus hermanas María y
Marta. 2 María era la misma mujer que tiempo después derramó el perfume costoso sobre los pies del
Señor y los secó con su cabello.* Su hermano, Lázaro,
estaba enfermo. 3Así que las dos hermanas le enviaron un mensaje a Jesús que decía: «Señor, tu querido
amigo está muy enfermo».
4 Cuando Jesús oyó la noticia, dijo: «La enfermedad
de Lázaro no acabará en muerte. Al contrario, sucedió
para la gloria de Dios, a fin de que el Hijo de Dios reciba gloria como resultado». 5Aunque Jesús amaba a
Marta, a María y a Lázaro, 6 se quedó donde estaba dos
días más. 7 Pasado ese tiempo, les dijo a sus discípulos:
—Volvamos a Judea.
8 Pero sus discípulos se opusieron diciendo:
—Rabí,* hace solo unos días, la gente de Judea*
trató de apedrearte. ¿Irás allí de nuevo?
9 Jesús contestó:
—Cada día tiene doce horas de luz. Durante el
día, la gente puede andar segura y puede ver porque
tiene la luz de este mundo; 10 pero de noche se corre
el peligro de tropezar, porque no hay luz. 11 —Después
agregó—: Nuestro amigo Lázaro se ha dormido, pero
ahora iré a despertarlo.
12 —Señor —dijeron los discípulos—, si se ha dormido, ¡pronto se pondrá mejor!
13 Ellos pensaron que Jesús había querido decir
que Lázaro solo estaba dormido, pero Jesús se refería
a que Lázaro había muerto.
11
10:19 En griego los judíos; también en 10:24, 31. 10:29 Otros manuscritos dicen
porque lo que mi Padre me ha dado es más poderoso que todo; incluso otros dicen
porque, en cuanto a lo que mi Padre me ha dado, él es más importante que todos.
10:34a En griego su propia ley. 10:34b Sal 82:6. 11:2 Este incidente se relata en el
capítulo 12. 11:8a Rabí, del arameo, significa «amo» o «maestro». 11:8b En griego
los judíos.
UNO CON EL PADRE Jn 10:30 Jesús es uno con
el Padre. Es el Señor de la eternidad. Es el Señor del
pasado infinito. Es el Señor de los decretos divinos.
Él es la Deidad que se ha vestido de humanidad. Los
pequeños labios que María besó en el pesebre de
Belén son los labios de Quien con Sus palabras formó
la creación. La vida preciosa que ella sostuvo en sus
manos, mirando Sus ojos, era una vida que llevaba la
naturaleza de la eternidad pasada. Era Dios mismo en
forma de bebé.
P E R S P E C T I VA S
22 Ya era invierno, y Jesús estaba en Jerusalén durante
el tiempo de Januká, el Festival de la Dedicación. 23 Se
encontraba en el templo, caminando por la parte conocida como el pórtico de Salomón. 24 La gente lo
rodeó y le preguntó:
—¿Hasta cuándo nos tendrás en suspenso? Si tú
eres el Mesías, dínoslo sin rodeos.
25 Jesús les contestó:
—Yo ya les dije, y ustedes no me creen. La prueba
es la obra que hago en nombre de mi Padre, 26 pero
ustedes no me creen porque no son mis ovejas. 27 Mis
ovejas escuchan mi voz; yo las conozco, y ellas me siguen. 28 Les doy vida eterna, y nunca perecerán. Nadie
puede quitármelas, 29 porque mi Padre me las ha dado,
y él es más poderoso que todos.* Nadie puede quitarlas de la mano del Padre. 30 El Padre y yo somos uno.
31 Una vez más, la gente tomó piedras para matarlo.
32 Jesús dijo:
—Bajo la dirección de mi Padre, he realizado muchas buenas acciones. ¿Por cuál de todas ellas me van
a apedrear?
33 —No te apedreamos por ninguna buena acción,
¡sino por blasfemia! —contestaron—. Tú, un hombre
común y corriente, afirmas ser Dios.
34 Jesús respondió:
—En sus propias Escrituras* está registrado que
Dios les dijo a ciertos líderes del pueblo: “Yo digo que
ustedes son dioses”*. 35 Y ustedes bien saben que las
Escrituras no pueden ser modificadas. Así que, si a
las personas que recibieron el mensaje de Dios se les
llamó “dioses”, 36 ¿por qué ustedes me acusan de blasfemar cuando digo: “Soy el Hijo de Dios”? Después de
todo, el Padre me separó y me envió al mundo. 37 No
me crean a menos que lleve a cabo las obras de mi
Padre; 38 pero si hago su trabajo, entonces crean en las
obras milagrosas que he hecho aunque no me crean
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