Biblia de estudio Swindoll | Evangelio de Juan - Flipbook - Página 10
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JUAN 2:4
4 —Apreciada mujer, ese no es nuestro problema
—respondió Jesús—. Todavía no ha llegado mi
momento.
5 Sin embargo, su madre les dijo a los sirvientes:
«Hagan lo que él les diga».
6 Cerca de allí había seis tinajas de piedra, que se
usaban para el lavado ceremonial de los judíos. Cada
tinaja tenía una capacidad de entre setenta y cinco
a ciento trece litros.* 7 Jesús les dijo a los sirvientes:
«Llenen las tinajas con agua». Una vez que las tinajas
estuvieron llenas, 8 les dijo: «Ahora saquen un poco
y llévenselo al maestro de ceremonias». Así que los
sirvientes siguieron sus indicaciones.
9 Cuando el maestro de ceremonias probó el agua
que ahora era vino, sin saber de dónde provenía (aunque, por supuesto, los sirvientes sí lo sabían), mandó a
llamar al novio. 10 «Un anfitrión siempre sirve el mejor
vino primero —le dijo—, y una vez que todos han bebido bastante, comienza a ofrecer el vino más barato.
¡Pero tú has guardado el mejor vino hasta ahora!».
11 Esta señal milagrosa en Caná de Galilea marcó la
primera vez que Jesús reveló su gloria. Y sus discípulos creyeron en él.
12 Después de la boda, se fue unos días a Capernaúm con su madre, sus hermanos y sus discípulos.
17 Entonces sus discípulos recordaron la profecía
de las Escrituras que dice: «El celo por la casa de Dios
me consumirá»*.
18 Pero los líderes judíos exigieron:
—¿Qué estás haciendo? Si Dios te dio autoridad
para hacer esto, muéstranos una señal milagrosa que
lo compruebe.
19 —De acuerdo —contestó Jesús—. Destruyan este
templo y en tres días lo levantaré.
20 —¡Qué dices! —exclamaron—. Tardaron cuarenta y seis años en construir este templo, ¿y tú puedes reconstruirlo en tres días?
21 Pero cuando Jesús dijo «este templo», se refería
a su propio cuerpo. 22 Después que resucitó de los
muertos, sus discípulos recordaron que había dicho
esto y creyeron en las Escrituras y también en lo que
Jesús había dicho.
Jesús y Nicodemo
23 Debido
a las señales milagrosas que Jesús hizo
en Jerusalén durante la celebración de la Pascua,
muchos comenzaron a confiar en él; 24 pero Jesús no
confiaba en ellos porque conocía todo acerca de las
personas. 25 No hacía falta que nadie le dijera sobre la
naturaleza humana, pues él sabía lo que había en el
corazón de cada persona.
Jesús despeja el templo
13 Se acercaba la fecha de la celebración de la Pascua
judía, así que Jesús fue a Jerusalén. 14 Vio que en la
zona del templo había unos comerciantes que vendían ganado, ovejas y palomas para los sacrificios; vio
a otros que estaban en sus mesas cambiando dinero
extranjero. 15 Jesús se hizo un látigo con unas cuerdas y expulsó a todos del templo. Echó las ovejas y el
ganado, arrojó por el suelo las monedas de los cambistas y les volteó las mesas. 16 Luego se dirigió a los
que vendían palomas y les dijo: «Saquen todas esas
cosas de aquí. ¡Dejen de convertir la casa de mi Padre
en un mercado!».
Había un hombre llamado Nicodemo, un líder
religioso judío, de los fariseos. 2 Una noche, fue
a hablar con Jesús:
—Rabí* —le dijo—, todos sabemos que Dios te ha
enviado para enseñarnos. Las señales milagrosas que
haces son la prueba de que Dios está contigo.
3 Jesús le respondió:
—Te digo la verdad, a menos que nazcas de nuevo,*
no puedes ver el reino de Dios.
4 —¿Qué quieres decir? —exclamó Nicodemo—.
¿Cómo puede un hombre mayor volver al vientre de
su madre y nacer de nuevo?
3
P E R S P E C T I VA S
2:6 En griego 2 o 3 medidas [entre 20 y 30 galones]. 2:17 O «La preocupación por la casa de Dios será mi ruina». Sal 69:9. 3:2 Rabí, del arameo, significa «amo» o «maestro»;
también en 3:26. 3:3 O de lo alto; también en 3:7.
MADURAR Jn 2:4 A veces las personas observan la
forma en que Jesús le responde a Su madre en esta historia y se preguntan qué es lo que ocurre. En efecto, varias
cosas están sucediendo aquí, y observo que una de ellas
es que María no entiende que su relación con Jesús ha
cambiado. A veces, los padres necesitan madurar al igual
que sus hijos. A medida que los hijos crecen, la relación
que existe entre sus padres y ellos necesita cambiar. Los
padres tienen que permitir que sus hijos lleguen a ser
personas independientes y, al mismo tiempo, cultivar la
amistad con ellos. Si eres padre, has estado criando a
tus hijos para que algún día funcionen por sí mismos.
Así que déjalos ir. Por muy duro que esto sea, déjalos
ir. Esto no significa que tus hijos ya no se relacionarán
contigo. Significa que ahora se relacionarán contigo de
una manera distinta. Ese es el diseño de Dios.
UNA FE SENCILLA Jn 3:4 Nicodemo no estaba
tratando de ser ingenioso o hacer una broma. Estaba
confundido por completo. «Jesús, soy un rabino. Mi mundo
es la Torá. La sé de memoria. La enseño regularmente. Me
estás hablando de algo muy extraño. ¿Cómo puedo volver
al vientre de mi madre y nacer de nuevo? ¿Qué quieres
decir con eso?». Afortunadamente, Nicodemo no permitió
que todo su conocimiento se interpusiera en el camino
hacia su eventual encuentro con una fe sencilla (véanse
Jn 7:50-51; 19:38-42).