SCLECARTO Revista N6 2024 - Flipbook - Página 37
Manejo artroscópico de las roturas irreparables del manguito rotador
decantamos por llevar a cabo un tratamiento quirúrgico.
Realizamos una artroscopia de hombro. En primer lugar,
procuramos devolver el tendón a su inserción nativa en la
huella, pero no fue posible debido al gran tamaño de la rotura
y al elevado porcentaje de in昀椀ltración. Nos encontrábamos
por tanto ante una rotura irreparable del manguito rotador.
De las alternativas existentes para el tratamiento de las
roturas irreparables, nosotros optamos por la técnica de la
reparación capsular superior. Los motivos principalmente
fueron la ausencia de artrosis glenohumeral y la buena
funcionalidad del deltoides en la exploración física, además
de los hallazgos evidenciados tanto en la RMN como en la
artroscopia referidos al grado de rotura y calidad tendinosa.
Técnica quirúrgica
Generalidades y posicionamiento del paciente:
extracelular de dermis porcina biocompatible para el refuerzo
y reparación de tejidos blandos que viene estéril y lista para
usar. Procedemos a la preparación del injerto. Con ayuda de un
medidor 昀氀exible incluido en el material quirúrgico, medimos
la distancia entre el anclaje anterior de la glena y el anclaje
anterior del húmero, entre el anclaje posterior de la glena y
el anclaje posterior del húmero, entre el anclaje anterior y
posterior de la glena y entre el anclaje anterior y posterior
de la hilera medial del húmero, obteniendo así un polígono
de 4 lados. Estas dimensiones se trasladan a nuestra matriz
de xenoinjerto, siendo recomendable sobredimensionar el
injerto unos 0,5 centímetros en cada lado, excepto en la cara
lateral, que se sobredimensiona 1 centímetro para poder
completar la doble hilera. Para obtener un injerto de mayor
grosor, se hace una doble capa de xenoinjerto, alcanzando
昀椀nalmente un grosor de unos 3-4 milímetros (Figura 1).
La reparación capsular superior es un procedimiento que
se puede realizar por artroscopia, si bien es un procedimiento
técnicamente exigente que debe ser realizado por un cirujano
con experiencia en cirugía artroscópica. La anestesia suele ser
un bloqueo locorregional en combinación con una anestesia
general. El procedimiento puede realizarse tanto en posición
de decúbito lateral como en silla de playa, siendo la última la
seleccionada en nuestro caso.
Exploración artroscópica inicial y desbridamiento:
Comenzamos creando un portal de visualización
posterior junto con unos portales de trabajo anterior y
lateral. En primer lugar, introducimos la cámara y realizamos
una exploración artroscópica que nos permite evaluar
cualquier patología intraarticular, identi昀椀cando la rotura, su
patrón, tamaño, calidad tendinosa o retracción, así como la
integridad del resto de estructuras y el estado del cartílago
articular. Continuamos realizando un desbridamiento del
espacio subacromial para liberar las adherencias, eliminar la
mayor cantidad de tejido in昀氀amatorio circundante y permitir
una mayor movilización del tendón hacia su inserción. Una
vez liberado, comprobamos que a pesar de la liberación que
habíamos realizado, no era factible devolver el tendón a su
huella nativa, por lo que procedimos a realizar la reparación
capsular superior.
Preparación del lecho y colocación de los anclajes en glena y en
cabeza humeral:
Con ayuda de un sinoviotomo o de un vaporizador
refrescamos el lecho donde más adelante situaremos
nuestros anclajes que irán roscados. En la glena se sitúa en la
parte superior, donde pueden colocarse dos o tres anclajes.
En nuestro caso empleamos dos, uno en posición de las 11h y
otro en posición de las 13h. En la cabeza humeral se sitúa en
la zona de inserción de la huella nativa. En este caso se realiza
una técnica de doble hilera. En primer lugar, posicionamos la
hilera medial y antes de 昀椀nalizar el procedimiento, cuando
tengamos colocado nuestro injerto, completaremos la hilera
lateral.
Preparación del injerto:
Una vez situados los anclajes de la glena y los de la hilera
medial del húmero, procedemos a la selección del injerto.
Existen varios tipos de injerto, el más comúnmente empleado
es el autoinjerto de fascia lata, con el inconveniente de la
morbilidad de la zona donante. Es por ese motivo por el que
se han desarrollado matrices de aloinjerto y xenoinjerto.
En nuestro caso, empleamos como injerto una matriz
Figura 1: Resultado tras la preparación de la doble capa de xenoinjerto.
Paso del injerto:
Una vez tenemos preparado el injerto, con ayuda de
un pasador lo cebamos en el lado que se situará en medial
con los hilos de alta resistencia de los anclajes de la glena
y en el lado que se situará en lateral con las cintas de los
anclajes de la doble hilera del húmero. A través de una
cánula 昀氀exible introducimos nuestra matriz en la articulación
glenohumeral. La cánula está dividida en 4 compartimentos,
para facilitar el paso de suturas y del injerto. Conviene ser
organizado con los hilos durante todo el proceso, para evitar
que se formen lazos que nos di昀椀culten el anudado posterior.
Además, recomendamos marcar o dibujar uno de los lados
del injerto, bien sea la cara articular o la cara bursal, para no
perder la orientación del mismo cuando lo introduzcamos en
la articulación y pasemos a la visión artroscópica (Figura 2).
Anudado del injerto:
Una vez tenemos el injerto posicionado dentro de la
articulación, anudamos en primer lugar las suturas de
los dos anclajes de la glena. A continuación, cubrimos la
cabeza humeral con nuestro injerto, le damos la tensión que
deseamos y con el brazo a 45º de abducción completamos la
doble hilera del húmero.
Revista Sclecarto- N.º 6 - Año 2024 - 37