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Aquí una serie de puntos que debes tener en cuenta antes de participar en un concurso:
5.
1.
4.
Es especulativo.
Los que convocan un concurso de diseño quieren comprar
barato para vender caro. No les
importa nada el desarrollo del
proyecto, sólo quieren ver opciones, probar, comparar… incluso algunos sirven para hacer
un buen test de posibilidades de
negocio.
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2.
No decides el precio.
Un sector o un profesional
que no puede fijar el precio de
sus servicios está abocado al cierre. Si dejas que alguien imponga lo que quiere pagarte por tu
trabajo llegará el día que será
tan poco que no te compensará.
Y hay cientos de ejemplos en la
historia en otros sectores.
Pregúntate quién se
aprovecha.
3.
No es bueno para ti.
Concursar significa trabajar
sin saber si obtendrás un beneficio, es decir, si al final del mes
ganarás dinero. Imagina que te
dijeran esto en una empresa.
‘Ven a trabajar y al final del
mes ya veremos si te pagamos’.
Seguro que dirías que no. Entonces, ¿por qué te presentas a
concursos cuando el sistema es el
mismo? En un concurso de diseño
trabajan todos pero solo cobra
uno. Moralmente es una tomadura de pelo. Cuando te propongan participar en un concurso
pregúntale al que convoca si en
su empresa trabajan todos pero
solo le pagan al que lo hace mejor.
Normalmente alguien sale
ganando en un concurso de diseño y no suele ser precisamente el ganador. La empresa se
ahorra un montón de cosas. En
ocasiones se ahorra hasta puestos de trabajo ya que prescinde de directores de marketing
o de publicidad y delegan sus
funciones a aquellos que quieran participar en el concurso. El
aprovechamiento es doble, no
pago a un profesional para que
me diga lo que tengo que hacer
o que incluso lo haga y encima,
por muy poco, me resuelven el
problema un montón creativos a
los que solo tengo que pagar la
cantidad que yo quiero y solo a
uno de ellos.
Un concurso puede ser
trabajo.
Imagina la situación idílica
en la que nadie se presentará
a un concurso. Nadie de nadie.
Todos esos trabajos pasarían a
convertirse en encargos. Encargos que supondrían el aumento de trabajo en los estudios y
agencias y que repercutirían en
el aumento de empleo.
6.
Cuanta inversión supone.
Normalmente oímos la falacia de que no nos cuesta nada
participar en un concurso. Parece
que nadie se da cuenta de que
el alquiler, el ordenador, la electricidad, la conexión de internet,
la tinta de la impresora, del software y la tipografía… mejor no
hablar. Sí es verdad, tu tiempo
no supone un coste, pero todo lo
demás sí y si no ganas lo gastas
sin retorno.
7.
Lee las bases.
En ocasiones, en la mayoría
diría, participar en un concurso
de diseño significa aceptar unas
bases totalmente abusivas. Se
suelen quedar con todos los derechos de explotación e incluso
de autoría. Y no solo del ganador, en ocasiones, de todo el
que participe. Esto no tiene por
qué ser así. Una cosa es que una
empresa te pague por ganar un
concurso para hacer un dibujo
pero no tiene por qué quedarse
con todos los beneficios que produzca ese dibujo por los siglos
de los siglos. Ni tiene por qué
modificar a su antojo tu trabajo
o revenderlo a otra empresa. La
Ley de la Propiedad Intelectual
nos protege y muchos de estos
usos que se suelen presentar en
las bases son directamente ilegales. Exígelos.
8.
El diseño no es un juego.
Participar en un concurso de
diseño es igual a jugar. Si consideras el diseño como una profesión y no como un juego no deberías participar en concursos.
Seguramente si quieres ganar
algo de dinero con los concursos
mejor preséntate a los concursos de la tele en los que siendo
un juego de verdad te aseguro
que ganarás más dinero. No tienes que comprarte ordenador,
ni pasar noches sin dormir, vas
al plató, respondes o haces el
mono y te pagan si ganas. Fácil,
efectivo y rápido.
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