EXAMPLE PAGE - EBOOK - Camino De Inverno - Flipbook - Página 13
de Chantada, destacan en el paisaje urbano un buen número de casas que cuentan con blasones historiados en sus
fachadas, dando testimonio de las nobles familias que las
habitaron.
punto más visible de todo el territorio gallego, desde el que
se pueden divisar las formaciones montañosas de las cuatro provincias gallegas. En un día claro, podemos alcanzar
a ver otro lugar mítico como es el Pico Sacro.
El municipio está regado por el río Asma, cuyas aguas proceden de la sierra de O Faro. Hasta la cumbre, donde se
alza la ermita de Nuestra Señora de O Faro, nos lleva el
Camino de Invierno.
El descenso nos lleva por tierras de Camba hacia Rodeiro,
un territorio regado por las aguas del Arnego, que el peregrino tendrá que cruzar hasta cuatro veces, a través de
puentes y pasarelas, alguna de piedra, como la medieval
de Pedroso.
De origen románico, la ermita fue reconstruida en el siglo
XVII para poder acoger a los miles de peregrinos y fieles
devotos que se acercaban hasta aquí buscando los favores de una virgen tan milagrosa. En el siglo XII, el trovador Xoán de Requeixo dedicaba las 5 cantigas de amigo a
Nuestra Señora de O Faro, como esta que versa:
Fui yo, madre, en romería,
a Faro con mi amigo
y vengo de él enamorada
por todo lo que habló conmigo,
que me juró que moría
por mí, ¡tan bien me quería!
Feliz vengo de la ermita
y esta vez feliz seré,
que hablé con mi amigo,
que siempre (mucho) deseé,
que me juró que moría
por mí, ¡tan bien me quería!
Dentro del amplio abanico de paisajes del Camino de Invierno, el de O Faro es uno de los más notables; además
de formar parte de la Red Natura desde el año 2000, es el
Llegados a Lalín, entramos en este municipio al lado de la
iglesia románica que formó parte de un monasterio dúplice,
germen del próspero núcleo que Lalín es en la actualidad.
Poco queda para llegar a Santiago, pero antes tendremos
que cruzar otros ríos como el Ulla, que baja por una profunda garganta, formando un enclave de especial interés
geológico. Para salvar este gran desnivel, destacan dos
puentes que impactan en el medio de este paisaje: el antiguo puente de Gandián y el nuevo viaducto para el paso
del tren de alta velocidad.
Desde aquí, pronto alcanzaremos a ver las torres de la Catedral de Santiago, sobresaliendo en medio del paisaje urbano y diciéndonos: ¡bienvenidos, peregrinos! ¡Bienvenidos
a Compostela!
Con nuestro agradecimiento y felicitación a Adolfo Enríquez, por deleitarnos con este hermoso y gran trabajo.
13