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VÍCT OR MANUEL RODRÍGUEZ / LA EVALUACIÓN DE LA PRÁCTICA EDUCATIVA COMO HERRAMIENTA DE MEJORA
3.4 METAEVALUACIÓN
Todo lo expuesto hasta aquí reneja la complejidad de los procesos de
evaluación del centro escolar y la importancia de los equipos directivos
en esta tarea. Queda, no obstante, una última pieza: la valoración del
propio proceso de evaluación. Precisamente por tratarse de una tarea de
gran envergadura es seguro que habrá aspectos que no hayan funcionado todo lo bien que sería deseable. Es importante identiocarlos y atribuir
con precisión a qué se ha debido el problema para poder introducir los
cambios necesarios en la siguiente aplicación.
En los propios instrumentos de evaluación pueden incorporarse ítems
relativos al proceso: para indagar sobre el cuestionario, la entrevista desarrollada, la discusión en grupo, sobre la motivación o las diocultades
encontradas; o puede desarrollarse con posterioridad una estrategia de
evaluación más completa de todo el proceso seguido, a través de reuniones de trabajo o de instrumentos más especíocos. La participación y la
transparencia vuelven a ser condiciones indispensables para recabar una
información oable y relevante. La metaevaluación reneja la naturaleza
recursiva de un proceso de evaluación y de nuevo contribuye a asentar
esa cultura de la que hemos hablado, recogiendo las impresiones de los
y las participantes, haciéndoles de nuevo más cómplices y posibilitando
cambios y mejoras en futuros procesos.
4. PARA FINALIZAR
Disponer de marcos teóricos adecuados y conocer modelos y estrategias
de evaluación de la práctica educativa puede ser un medio para que muchos centros educativos sean menos reticentes a los procesos de evaluación, sean de carácter externo, como mecanismos de control y rendición
de cuentas, o internos, como un medio propio para promover objetivos y
acciones de mejora.
En los colegios de FUHEM llevamos algunos años desarrollando estas
evaluaciones y pensamos que estamos asentando progresivamente una
cultura de la evaluación, imprescindible para llevarlas a buen término.
Muchos de los trabajos de evaluación llevados a cabo han contado con
la colaboración de distintos profesionales, constituidos en equipos evaluadores, que han aportado una mirada externa a los centros. Nuestra
pretensión, sin embargo, es que cada vez estos procesos de evaluación se
vayan haciendo más internos, más asumidos en su totalidad por los equipos directivos y los propios profesionales de la educación.
La dirección de la Fundación y los equipos directivos de cada uno de
los centros se han ido dotando de modelos, estrategias y procedimientos
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