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FUNDAMENTO TEÓRICO DEL PROGRAMA LIDERAZGO PARA UNA EDUCACIÓN INTEGRAL / SEGUNDA PARTE
Sin embargo, se pretende llegar más lejos, trabajando para que el centro
sea una auténtica comunidad, un grupo humano que, aparte de su estructura formal, comparte una identidad y un propósito.
De hecho, son muchos los investigadores que han criticado el análisis
de los centros escolares desde un esquema conceptual propio de las organizaciones formales, sin tener en cuenta la naturaleza de la escuela, dado
que esta, al tener una onalidad educativa, tiene siempre una dimensión
ética, orientada a valores. No es posible, por tanto, comprender la realidad de la escuela únicamente desde su estructura, ignorando su carácter peculiar y distintivo (Díaz Bazo, 2005). Uno de los autores que más
ha profundizado en esta cuestión ha sido Sergiovanni, que, en un trabajo
clásico sobre el tema, deoende la necesidad de cambiar la metáfora de la
escuela como organización por la metáfora de la escuela como comunidad. De acuerdo con él, a lo largo del tiempo, la metáfora de la organización ha conformado el modo de entender los centros educativos y la administración escolar. Para ello, se han tomado prestadas las deoniciones
de calidad, productividad y eociencia de enfoques teóricos impregnados
por la economía, con su forma concreta de concebir la naturaleza humana, basada en la premisa de que las personas estamos motivadas por el
interés propio y, por tanto, buscamos maximizar nuestras ganancias y
reducir nuestras pérdidas. La consideración de la escuela como organización formal ha buscado dotarla de legitimidad, al fundamentarla en la racionalidad, pero lo cierto es que las metáforas son una manera de crear la
realidad y la metáfora de la organización no encaja bien con la naturaleza
de los centros escolares (Sergiovanni, 1992).
Si cambiamos la metáfora de la escuela como organización por la de la
escuela como comunidad tendremos que modiocar la manera de concebir
cómo deben organizarse y administrarse los centros escolares, qué motiva
a los profesores y a los estudiantes, y qué es el liderazgo y cómo debe practicarse. En las organizaciones, las relaciones las construyen otros para nosotros y se codiocan en un sistema de jerarquías, roles y expectativas de roles.
En las comunidades, la conexión de las personas con los propósitos y las
conexiones de las personas entre sí no se basan en contratos, sino en compromisos, y creamos nuestra vida social con otros que tienen intenciones
similares a las nuestras. En una comunidad la colegialidad viene de dentro, ya que sus miembros están conectados debido a las interdependencias
sentidas, las obligaciones mutuas y otros lazos emocionales y normativos
(Sergiovanni, 1994). La imagen de comunidad signioca, por tanto, que la
interacción y las relaciones humanas presentes en ella tienen una signiocación moral, y no solo contractual, puesto que existe un sistema de valores
compartidos que justiocan las normas y principios que se establecen.