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LIDERAR LA EDUCACIÓN INTEGRAL (LEI) COMO CAMINO PARA LA INNOVACIÓN PEDAGÓGICA / TERCERA PARTE
Una vez deonido este marco general, por supuesto mejorable y revisable en función de la práctica, cabe también referirse a algunas tareas que
forman parte del proceso.
3.1 ANTES DE LA PUESTA EN MARCHA
De forma sintética podríamos decir que los equipos directivos deben
concretar, con los colectivos involucrados, la deonición de la onalidad
y objetivos de la evaluación y establecer las dimensiones, estrategias y
procedimientos con los que va a llevarse a cabo, así como las fuentes de
recogida de información, la población objeto de la evaluación o posibles
selecciones muestrales si se consideran necesarias.
El hecho de que esta tarea sea participada revelará la conoanza real de
los equipos de dirección en los profesionales, el alumnado o las familias,
mejorará el trabajo colaborativo y contribuirá en mayor medida a ajustar
la evaluación a las necesidades y posibilidades de quienes van a protagonizarla. A la postre, será más fácil darle sentido a la evaluación y lograr
más complicidades. Sin renunciar a los propósitos que la dirección tenga
que mantener, estos procesos participativos pueden mejorar mucho la
perspectiva y las condiciones en las que se desarrollará la evaluación.
Deonidas las estrategias, deberán seleccionarse o elaborarse los instrumentos con los que va a desarrollarse, sean cuestionarios, guiones de
entrevista o de grupos de discusión, pautas de observación, etc., así como
la forma de aplicación (papel, plataformas digitales, individual o colectiva, etc.), los y las responsables (por ejemplo, tutores y tutoras en el caso
del alumnado) y los plazos y momentos para hacerlo (momento del curso, horarios concretos si procede). Los procedimientos pueden ser muy
distintos en el caso de las familias, el profesorado y PAS o el alumnado,
sobre todo si están involucrados alumnos y alumnas de cursos de la etapa
de Primaria.
Resulta también muy necesario deonir las condiciones de conodencialidad y anonimato en la recogida de información. Aunque a menudo
suelen confundirse, son dos aspectos diferentes. Sobre ambos habrá que
tomar decisiones previas y comunicarlas. Con la conodencialidad nos
referimos a la adecuada custodia de los datos obtenidos y a la determinación clara de los destinos y usos que tendrán los informes de evaluación onales. Con el anonimato, en cambio, hacemos alusión a la decisión
sobre si las fuentes que proporcionan información pueden o deben ser
identiocadas. Por lo general, el anonimato garantiza más sinceridad en
las respuestas y tal vez menos deseabilidad social, aunque en ocasiones
puede ser necesario identiocar a las personas que trasladan su opinión,
por razones diversas.