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LUIS GONZÁLEZ + CARLOS GÓMEZ / LA TRANSFORMACIÓN ECOSOCIAL DE LOS CENTROS EDUCATIVOS
ambiental.
Otra iniciativa es tirar los muros de las clases, de manera que fomentemos el trabajo por rincones o ambientes de aprendizaje (no solo en infantil) y la intercooperación entre el alumnado aprovechando su diversidad.
Estos cambios del entorno, que inspiran otras opciones metodológicas,
fomentan valores como la solidaridad, y lo hacen no en abstracto, sino
con prácticas diarias con personas cercanas.
No solo se debe transformar el espacio físico sino también el espacio
social, es decir, todo lo que ocurre en esos lugares. La propia estructura
del espacio ya modioca los comportamientos y la forma de relación. Pero
no basta con la transformación morfológica, sino que deberemos fomentar acciones que permitan realizar otros usos de él, por ejemplo, a través
de la dinamización de patios por parte del propio alumnado. En conclusión, el patio, los pasillos, las aulas o los baños deben ser espacios vivos
cuyos cambios y transformaciones deberían depender de las decisiones
del alumnado.
5.3 GESTIÓN DEL CENTRO
Los centros educativos también educan a través de sus modelos de gestión. El enfoque ecosocial ha de integrar la construcción de formas y
modos de toma de decisiones democráticos. Podemos practicar la democracia no solo realizando asambleas, sino también enseñando explícitamente estrategias de cómo dinamizarlas, así como técnicas concretas
para fomentar la participación y la toma de decisiones en colectivo. Por
ejemplo, se pueden tener Consejos Escolares vivos con capacidad de decisión real, se puede articular una asamblea regular de delegados y delegadas de aula, tanto de familiares como de alumnado, se pueden realizar
consultas vinculantes sobre temas especíocos, etc.
Otro ejemplo de modelo de gestión ecosocial es el tratamiento de los
residuos en el centro educativo. Para ello se pueden desarrollar acciones
que promuevan su reducción (a través del compostaje de residuos orgánicos o del fomento de envases reutilizables en los desayunos del alumnado), su reutilización (a través, por ejemplo, de reutilizar el papel en
todas las aulas) y su reciclaje (promoviendo la separación de residuos en
las aulas y espacios comunes del centro).
La escuela constituye un conjunto de relaciones no exentas de connictos, que son inherentes a las relaciones humanas y que, si se gestionan
de manera adecuada, suponen una oportunidad para aprender y para
madurar como personas y como colectivos. La apuesta es por un modelo de convivencia en positivo desde un enfoque proactivo que implique
establecer relaciones basadas en el respeto, en la dignidad y en la justicia
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