FESE HandBook v03c 15112023 MEV- COMPLETO - Flipbook - Página 344
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LIDERAR LA EDUCACIÓN INTEGRAL (LEI) COMO CAMINO PARA LA INNOVACIÓN PEDAGÓGICA / TERCERA PARTE
la LOMLOE (González y cols., 2022), se aterrizan en las aulas sin apenas
renexión crítica. Y las derivas reproduccionistas y competitivas (ancladas también en las estrategias metodológicas empleadas) siguen campando a sus anchas.
Ante un contexto global repleto de incertidumbres y afectado por
una crisis multidimensional, hoy más que nunca, capacitar agentes de
transformación ecosocial (con conciencia crítica y compromiso) resulta
fundamental para hacer comprensible el mundo que nos rodea y poder
actuar para transformarlo. De este modo, nos sumamos a otras autoras
y autores que trabajan en un sentido convergente (Freire, 2005; Booth
y Ainscow, 2015; Worldwatch Institute, 2017; Díaz-Salazar, 2016; Gutiérrez, 2018; Oliveros, 2018; Herrero, 2022) y continuamos la estela que ya
habíamos iniciado en FUHEM (De Blas, 2018; González, 2018; González
y cols., 2022).
2. ¿QUÉ HAY QUE APRENDER BAJO EL PARADIGMA
ECOSOCIAL?
Las premisas fundamentales que deonen las bases del paradigma educativo ecosocial las estructuramos a través de ocho grandes bloques que
aglutinan una serie de aprendizajes determinantes (González y cols.,
2022). Es necesario que estos bloques de aprendizajes atraviesen por
completo el diseño curricular de las distintas áreas disciplinares de manera que se coordinen vertical (entre los cursos) y horizontalmente (entre
las áreas/materias).
2.1 ECODEPENDENCIA
El planeta Tierra en su totalidad, incluidos seres vivos, océanos, cursos
de agua, rocas y atmósfera, funciona como un todo, es decir, existe una
conexión entre los elementos, vivos y no vivos que, en conjunto, constituyen las condiciones de la vida de las que dependemos.
Nuestros estilos de vida (especialmente los urbanos) nos han separado
octiciamente de la naturaleza. Sin embargo, los seres humanos requerimos del buen funcionamiento de los ecosistemas para poder vivir, es
decir, somos ecodependientes. Por ejemplo, para sostener nuestras vidas
necesitamos de toda una serie de funciones que solo pueden realizar ecosistemas equilibrados: fertilización del suelo, depuración de aguas, polinización, regulación climática, etc. No hay que olvidar que mientras que
los seres humanos no podemos prescindir de los ecosistemas, los ecosistemas sí pueden prescindir de los seres humanos.